lunes, 4 de julio de 2016

LA SULTANA TIENE DIARREA

Andalucía es la región donde mejor funcionó la confluencia Podemos-IU

La comunidad es el territorio en el que más creció en voto absoluto el resultado del 20-D de Podemos El aumento coincidió con la mayor pérdida de votantes del PSOE de España
ALBERTO GRIMALDI .
En política, el cumplimiento o no de la expectativa creada marca siempre el resultado. Eso le ocurre a Podemos: se visualiza como derrota que no lograse mejorar su resultado nacional de diciembre pese a concurrir en junio junto con IU en todo el país. De hecho, el 26-J en ninguna autonomía ni en las dos ciudades autónomas se igualó siquiera la suma de papeletas de Podemos e IU. 

La confluencia se quedó en el conjunto del Reino a 1.123.637 votos de lo que sumaban en diciembre las papeletas que aglutinaron Pablo Iglesias y Alberto Garzón por separado. Sin embargo, si se compara el voto de Unidos Podemos respecto a Podemos en diciembre -para medir qué supuso realmente la confluencia en voto válido y no en expectativa-, el diferencial, aunque negativo se queda sólo en 162.977 votantes menos. 

Además, no en todos los territorios la confluencia fue negativa. Retrocedieron en diez regiones y en las dos ciudades autónomas, pero en siete de las diecisiete comunidades autónomas, el escrutinio de votos a Unidos Podemos fue mayor que el que Podemos tuvo seis meses antes. 

De estas siete, en la región en la que más funcionó en términos absolutos fue en Andalucía, donde el 26-J sumaron 34.688 votantes más que el 20-D. Y eso, a pesar de que el sur es un territorio en el que nunca hubo expectativa real de sorpasso

Este aumento coincidió además con otro dato relevante. El territorio en el que más votantes perdió el PSOE el 26-J respecto al 20-D fue Andalucía. De las 120.606 papeletas con el puño y la rosa que se restaron respecto a las logradas en diciembre, 77.651 faltaron en el sur, más de seis de cada diez (64,38% del retroceso). 

Cabría preguntarse si es cierto el mantra que desde hace una semana repite constantemente la clase dirigente del PSOE andaluz, con su secretaria general, Susana Díaz a la cabeza, que fue su federación socialista quien paró a Podemos hace ocho días. Y la respuesta es que los números no cuadran. Porque el PSOE retrocedió más en Andalucía que en cualquier otro territorio y porque, con la operación de unirse a IU, donde más voto incrementó Podemos respecto a diciembre fue también en las ocho provincias del sur. De manera desigual, por cierto. 

Los números dicen que en Andalucía ocurrieron dos fenómenos simultáneos. Un sensible incremento (+128.759 votantes) del apoyo al PP -de más del triple de la pérdida que tuvo Ciudadanos (-37.533 votos)- y un aumento importante de la abstención (-198.813 votantes) con censos muy parecidos el 26-J (6.508.706 personas) y el 20-D (6.505.141 electores). 

En total, la izquierda perdió en Andalucía casi 230.000 votos respecto a diciembre. El PSOE retrocedió 77.651, pero Podemos ganó, al integrar a IU en sus candidaturas, 34.688. Aunque 222.331 votantes que eligieron Podemos o IU en diciembre no votaron ni a uno ni a otro en junio: cabe especular que la mayor parte engrosó la abstención. 

Sobre las causas que llevaron a que Unidos Podemos no cumpliese con las expectativas creadas ni con el sumatorio de apoyos de diciembre al partido del círculo -y sus confluencias- y la federación de izquierdas con la que se presentaba desde mediados de los ochenta el Partido Comunista es difícil responder. La confusión es total, para empezar, en las filas moradas. Los datos dicen que Podemos no llegó ni a sus propios votos de diciembre pese a integrar a IU en toda España, pero también dicen que en dos comunidades en las que el 20-D ya hubo confluencia y donde obtuvieron importantes resultados (ganaron en Cataluña y fueron segundos en Galicia), el escrutinio de junio aclaró que 81.354 catalanes y 66.555 gallegos dejaron de votarles entre una y otra cita. Son además, las dos comunidades donde más retrocedieron en términos absolutos. 


De los 1.123.637 votantes que no apoyaron la confluencia y seis meses antes había votado a una de las dos opciones por separado, la mayor parte, como en Andalucía, parece haberse ido a la abstención, pero el retroceso es más alto donde ya había confluencia con IU en la votación de diciembre. Sea como sea, el sorpasso era una quimera (demoscópica).

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