lunes, 21 de agosto de 2017

LA PRESIDENTA DE LA JUNTA NO INTERRUMPE SUS SAGRADAS VACACIONES


«Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida»

Los familiares de la víctima la recuerdan como una joven «muy risueña y siempre alegre»
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    La fallecida, Rocío Cortés - ABC
    ¿Cómo es posible que ocurra este tipo de accidentes en un hospital?» se preguntaba ayer Fernando, uno de los siete hermanos de Rocío Cortés Núñez. Fernando, profundamente abatido, recordaba a su hermana como una persona «muy risueña. Siempre estaba alegre». «Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida», se lamentaba entre llantos en la entrada del edificio de Mortuorios del hospital de Valme, donde fueron llegando, destrozados, familiares y amigos. Aún así, impresionaba la gran entereza con la que encajaron el duro golpe.
    Rocío, de 25 años y vecina de la localidad de Dos Hermanas, conoció a su marido. José Gaspar, cuando eran adolescentes. Se casaron hace unos cuatro años y vivían en un piso de la barriada de Los Montecillos del municipio nazareno. Ama de casa, estaba dedicada a la crianza de sus dos hijas, Carmen y Rocío, de cinco y cuatro años. Su marido José trabaja como camarero en el restaurante de la calle San Fernando de Dos Hermanas. «Estoy hecho un trapo», se dolía José, quien no daba crédito a la trágica muerte de su esposa. «Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona».
    Amigas de la víctima señalaban a este respecto que el «maldito ascensor estaba sufriendo averías desde hace un mes». El padre de Rocío, Juan Manuel Cortés, llegó ayer por la tarde a Sevilla en tren desde Málaga, donde reside por motivos de trabajo, para visitar a su hija en el hospital. Al llegar al centro hospitalario la Policía le impidió la entrada. Allí se enteró del fatal desenlace. «Esto es muy fuerte», repetía. «Han matado a mi niña bonita, a la alegría de la casa y han dejado a tres niñas huérfanas de madre» mientras mostraba una fotografía de Rocío de hace dos semanas en una playa malagueña. Su cuñado, David, hablaba de ella como una persona de una gran vitalidad. «Era un cascabel». «Cuando no encontraba soluciones a los problemas se reía de ellos».
    La familia de Rocío presentó ayer una denuncia en el juzgado «para pedir responsabilidades». Su hija Triana fue trasladada al hospital Virgen del Rocío a causa de una dolencia cardíaca, donde evoluciona de forma favorable.

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