domingo, 22 de mayo de 2016

EL PADRE DE SUSANA ERA EL MEJOR FONTANERO DE TRIANA


TERESA RODRÍGUEZ Y ANTONIO MAÍLLO. LÍDERES DE UNIDOS PODEMOS EN ANDALUCÍA

"Susana Díaz representa la ausencia de voluntad de cambio"

Los máximos dirigentes de Podemos e Izquierda Unida enfrentan una campaña marcada por su coalición y en la que aspiran a superar a un PSOE al que critican por hacer políticas "de derecha"
CARLOS ROCHE
zoom.

Dos profesores buscan la sombra a la hora del aperitivo. El calor comienza a apretar en Sevilla después de esta primavera lluviosa. Y más que va a subir la temperatura de aquí al 26 de junio para estos dos maestros en excedencia. Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo dan clase desde hace un año en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas y ahora son las caras visibles de Unidos Podemos en Andalucía.

-Dos profesores al frente de la izquierda en Andalucía. ¿Se nota?

-Antonio Maíllo: Es casualidad, pero es un buen síntoma. Somos gente normal y después volveremos a la normalidad.

-¿Se han encontrado con mucha "gente normal" en el Parlamento?

-Teresa Rodríguez: A veces busco en Google a los diputados que suben al atril. Me encuentro que algunos llevan cuatro o cinco legislaturas. Si estoy cinco legislaturas me convertiré en una persona distinta. Viviría en una realidad paralela.

-A. M.: Totalmente. Pensar que uno no va a cambiar pero va a cambiar todo lo demás es, además de una ingenuidad, una falacia. Por eso la limitación temporal de la responsabilidad política es muy importante.

-¿Tienen fecha de caducidad?

-T. R.: Tengo un compromiso firmado para estar ocho años. Y me parecen muchos.

-A. M.: Yo no lo he firmado, pero lo dije cuando me convertí en coordinador de Izquierda Unida.

-T. R.: Nuestro trabajo es representar a la ciudadanía. Como no pueden estar los nueve millones de andaluces en la Cámara, yo represento a una parte que entiende que mi programa sirve para gestionar la vida pública. Si dejo de ser la profesora que votaron porque entendían que respondía a un perfil político con el que se sienten identificados me convierto en una funcionaria de la Administración.

-Para el 20 de diciembre tenían cada uno un programa y ahora sus partidos han llegado a un acuerdo programático. ¿Se sienten cómodos con esos 50 puntos?

-A. M.: Son la ambición formidable para hacer de este un país más decente y un Gobierno amigo del pueblo. Son 50 puntos que suponen desmantelar las telarañas normativas del PP que han hecho un país de corrupción y desigualdad utilizando las administraciones públicas.

-T. R.: Lo importante es tener un diagnóstico de la situación y unas soluciones de urgencia. En ambas cosas tenemos coincidencias sólidas. Entendemos que las políticas de austeridad no sólo son injustas, sino también ineficaces. Hay consenso en que ha habido decisiones políticas deliberadas que han beneficiado a una minoría y han perjudicado a una mayoría. Y en la necesidad de revertirlo y aplicar una serie de medidas de emergencia social.

-Ese consenso ya existía antes del 20-D. ¿Por qué no se logró entonces la confluencia?

-A. M.: Más que pensar en lo que no salió me quedo con el impacto que tendrá la confluencia. Esto ya no es una repetición de elecciones porque hay una alternativa clara al PP y a sus políticas. Se ha hecho para dar respuesta a una petición de la calle.

-T. R.: Ahí está el resultado de las consultas, que ha sido abrumador.

-Pero no habrá sido fácil si hubo un intento fallido. Ambos partidos habrán renunciado a cosas.

-T. R.: La situación lo requería. La repetición de elecciones es una mala noticia para la democracia. Se lanza el mensaje de que la gente no sabe qué ha votado y le pedimos que rectifique. Ante la demanda de que nos pongamos de acuerdo hacemos un ejercicio generoso, ponemos en común nuestras coincidencias y damos una alternativa.

-¿Y ahora a quién tienen enfrente?

-A. M.: A quien gobierna. Y a quien renuncia a formar parte porque no tiene voluntad política. El PSOE se ha blindado con Ciudadanos, la derecha con cara amable, y evidencia que no quiere un cambio de política. La confluencia es el resultado del proceso posterior al 20-D.El PSOE se levantó de una mesa donde estaban con Podemos, Compromís y Unidad Popular. Ahora hemos conseguido que esa mesa de la esperanza se haya convertido en un instrumento electoral formidable. Sobre eso vamos a partir y ya lo está viendo el poder económico del país. O hay PP o hay Unidos Podemos y la élite está intentando que no haya Unidos Podemos. Esa ofensiva es el mejor síntoma de que las posibilidades de cambio se pueden dar.

-Pero para formar Gobierno necesitan al PSOE o el PSOE a ustedes.

-A. M.: Si hay una victoria de Unidos Podemos, como aspiramos, el cambio es más posible que si depende de un partido que no sabe qué va a hacer. El PSOE se divide entre los que no quieren nada con nosotros y los que no quieren nada con C's. Eso revela una falta de proyecto político. Tenemos un acuerdo donde nos unimos mucha gente, muy diversa, pero nos supera la ambición de cambio. Lo tenemos claro, como una inmensa mayoría de la población que quería que no gobernara el PP. El PSOE, hasta ahora, se ha achicado para que no hubiera un cambio real.

-T. R.: Si un marciano viene a estudiar programas electorales entendería que lo lógico es que el PSOE y las fuerzas que le planteaban un gobierno hubieran llegado a un acuerdo. El PSOE se debate entre la participación en un proceso de cambio y su propia supervivencia. Su dilema es si sobreviven dentro del turno -porque consideran que después del PP gobernarán ellos- o si empiezan a dialogar con fuerzas políticas que ven como un riesgo para su supervivencia. Pero hay mucha gente en el PSOE que entiende que debe dar un giro para recuperar su propia esencia.

-¿Ése es su nicho electoral? ¿Aspiran a ser la nueva fuerza hegemónica para la izquierda?

-T. R.: Para la mayoría social de este país, que son los que entienden que se han llevado a cabo deliberadamente políticas contra esa mayoría social. Cuando eso es evidente para todo el mundo, a partir del 15-M, se abre la posibilidad de hacer políticas de sentido común. Y eso va más allá de la izquierda.

-Parece que están muy lejos del PSOE, pero no hace tanto que IU estuvo en el Gobierno andaluz con ellos y hay acuerdos en otras comunidades y ayuntamientos.

-A. M.: En esas instituciones hay aspiraciones de cambio. Si no existe voluntad, se rompen los gobiernos, como pasó en Andalucía cuando tocaban las leyes audaces que suponían un cambio en el modelo social. Susana Díaz representa la ausencia de voluntad de cambio, la reivindicación del turnismo y el achique de espacios a Pedro Sánchez para que no pueda haber un Gobierno de cambio, ya sea por su supervivencia política o personal y sin tener en cuenta a los intereses de la mayoría social. Tenemos una oportunidad de que muchos votantes del PSOE, viendo la ausencia de ambición de reforma, se incorporen al apoyo a nuestra confluencia.

-Teresa Rodríguez dejó IU, entre otras razones, por la entrada de la formación en el Gobierno andaluz.

-T. R.: Hicimos un análisis critico de la participación en un Gobierno del PSOE en situación de subalternidad. Ahora consideramos que con Unimos Podemos no hay porque estar permanentemente rogándole a la cúpula del PSOE que cumpla su propio programa electoral. Es el PSOE quien tiene que estar pendiente de nosotros. Igual les toca a ellos decidir si quieren apoyar un gobierno de cambio, como ha pasado en Cádiz, Madrid o Barcelona.

-Vuelven a mencionar al PSOE, aunque afirman que su contrincante el 26-J es el PP.

-A. M.: Es que el PSOE ha renunciado a hacer cambios. El error histórico del PSOE, contradictorio con mucha gente de su base, es decir no a una política de cambio. Han renunciado a ser alternativa al ponerse de acuerdo con el PP en política económica y en la austeridad.

-T. R.: Es una batalla contra el PP porque está gobernando ahora, pero si echamos la vista atrás recordamos como el PSOE subió el IVA, que es el impuesto más injusto; privatizó Gas Natural y Felipe González entró en el consejo de administración; hizo una reforma laboral que abarató el despido y se puso de acuerdo con el PP para -en agosto y con alevosía- cambiar la Constitución para poner los intereses de los bancos por encima de las personas. El PSOE tiene un programa con el que podemos confluir y en sus bases hay mucha gente que comparte la necesidad de cambiar la realidad. Pero lamentablemente el PSOE reproduce las políticas de la derecha.

-Volviendo a la confluencia, ¿se han encontrado con problemas en sus bases para el acuerdo?

-A. M.: Frente a la especulación de que pueda haber debate están los datos de las consultas. Los militantes han tenido la visión estratégica para saber leer el momento político, que es histórico. La gente reivindica la ambición de cambio y sobre eso está cualquier cosa.

-Pero hay elementos más prosaicos, como la elaboración de listas. ¿Es un dedazo el caso del ex Jemad Julio Rodríguez en Almería?

-A. M.: Quiero que los votantes de IU se sientan identificados cuando vayan a ejercer su derecho a voto. Igual que los de Podemos. En el caso de Almería los conflictos se superan dialécticamente. Vamos a situarnos en el destino que tenemos, no en de dónde venimos. Este tipo de conflictos llaman la atención, pero forman parte del aprendizaje.

-T. R.: Creo que los conflictos no han sido tales. Cuando los haya, no pasará nada, pero no es verdad que haya una reacción conflictiva.

-La coordinadora provincial de IU en Almería expresó su desacuerdo con el nombramiento.

-T. R.: Pero los dos se conocieron, hablaron de posiciones políticas, delimitaron cuál es el programa que hay que defender más allá de las personas y se llegó a un consenso. Ojalá todos los problemas que tengamos sean así.

-Se sienten incómodos en IU por no tener ningún cabeza de lista en Andalucía.

-A. M.: Un compañero dice que está satisfecho si nos dan todos los segundos. No aspiramos a sacar un escaño por provincia, sino a cambiar las cosas. Los debates de listas son normales en todas las organizaciones y más en una coalición. Hay una cosa clara y es que la unidad es más premiada que la división.

-T. R.: Hablar de conflictos cuando más del 90% de los participantes votan sí en una consulta masiva es como hablar del tiempo. No he escuchado a nadie en Podemos hablar mal de la confluencia. Es bonito, porque en cierta manera estamos educando a nuestros simpatizantes en la necesidad de colocar el momento por delante de la organización y los intereses propios.

-A. M.: Los defectos del acuerdo son mejores que las virtudes de la separación.

-Me lo están pintando tan bonito que no me lo acabo de creer.

-A. M.: Es un proyecto ambicioso y, por lo tanto, complejo. Hemos hecho didáctica y personas que eran reticentes ahora asumen la confluencia. Un 90% de síes es tan contundente que no puede cuestionarse la confluencia por unos flecos.

-¿Qué aspiraciones tiene Unidos Podemos en Andalucía?

-A. M.: Queremos reivindicar el papel de Andalucía en el proceso de cambio para que no se quede siempre en el segundo plano del debate político. Quiero que se sumen antiguos votantes del PSOE, del PA, andalucistas de izquierdas y gente independiente que reivindique ese papel andaluz dentro del Estado. Me sorprende que a Susana Díaz le preocupe tanto una confluencia que va a restar diputados y senadores al PP. Y en Andalucía de una forma muy contundente.

-El PSOE utilizaba como línea roja para no pactar con la izquierda su defensa del derecho a decidir y no han renunciado a ello.

-T. R.: El PSOE dice una cosa en campaña y otra en las negociaciones. Margarita Robles, su número dos por Madrid, apostó hace unos días por una reforma constitucional con la posibilidad de una consulta en Cataluña. No es verdad que la discrepancia se debiera al referéndum. Fue por el déficit, la deuda y las reformas laborales, como se demostró cuando el PSOE rechazó el acuerdo que presentó Compromís un día antes de acabar el plazo para formar gobierno.

-¿Teresa Rodríguez se entiende mejor con Antonio Maíllo que con los líderes de Podemos en Madrid?

-T. R.: Puede que lo vea más cotidianamente (risas). Tenemos en común que somos andaluces y nos enfrentamos a los mismos problemas frente al Gobierno andaluz.

-A. M.: La docencia nos genera cierta empatía vinculada a una reflexión honesta, como el proceso de confluencia. Hay dos grupos que quieren llegar a dos destinos distintos, pero el tramo actual lo afrontamos juntos. Eso va a hacer que mucha gente lo haga con nosotros.

-¿Seguirá el matrimonio después de las elecciones?


-A. M.: Las pasiones, para el ámbito personal. Pero el pueblo andaluz tiene una oportunidad para decirnos lo que tenemos que hacer.

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