lunes, 5 de junio de 2017

TODOS SE RIEN DE LA SULTANILLA PERDIDA

cambio de ciclo

Gran parte de la izquierda andaluza ve cerca el fin de 40 años de PSOE

Las señales de alarma se disparan tras la derrota de Susana Díaz, y colectivos sociales y económicos tradicionalmente ligados a la Junta creen que el cambio de Gobierno es inevitable

Foto: La presidenta andaluza y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta andaluza y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE)
Esta semana, Andalucía sabrá si Susana Díaz decide o no un cambio de su Gobierno. El miércoles comparece en el Parlamento para hacer balance. Es un mal momento. Para entender por qué, bastan tres píldoras de la pasada semana, la segunda tras la batalla perdida de las primarias del PSOE. Termina un acto del PP andaluz y suena el teléfono. “¿Qué? ¿Cómo están? ¿Se creen que van a ganar?”, acaba con risas, pero hay nervios. La llamada es de un dirigente socialista y denota la preocupación, “pánico” lo llaman algunos, en que se ha instalado el PSOE andaluz tras la derrota de Susana Díaz.
Segundo. Cena del 60 aniversario de Europa Press en Madrid presidida por los Reyes y con un nutrido grupo de políticos y empresarios del país. Muchos de los que han promocionado a la presidenta andaluza o la han apoyado para que fuera líder del PSOE se dirigen a su principal adversario, Juanma Moreno, presidente del PP-A, para hacerle algún guiño o felicitarlo porque tiene el camino más fácil. Ella no acudió. Está saliendo del foco nacional.
Esa misma mañana, miércoles, en Sevilla, congreso de CCOO-A y despedida de Francisco Carbonero. Susana Díaz sí estuvo allí, pero se marchó pronto, acudió con un problema de afonía que acabaría siendo diagnosticado como un mal de bronquios y tenía cita médica. Departe con poca gente. En su ausencia, algunos de quienes, para los periodistas habituales, han sido rostros de organizaciones civiles, sociales y económicas tradicionalmente afines al PSOE andaluz y a la Junta no se cortan en dar caña al Gobierno autonómico. “Es el peor en 25 años”, dice uno de los protagonistas. Hasta la patronal andaluza muestra indignación por las inversiones proyectadas por el Estado y la falta de respuesta desde la Junta.
Estos señores, la mayoría son hombres, durante años han sido señalados como parte del ‘régimen’ socialista. Una expresión que acuñó el PP para explicar la imbatibilidad del PSOE en las urnas en Andalucía y con la que explican, en parte, su frustración tras casi cuatro décadas en la oposición en la comunidad más poblada de España. Esos mismos dirigentes, en la izquierda andaluza, son los que pronostican la posibilidad real de que el PP llegue al Gobierno tras pactar con Ciudadanos. Están alarmados además por la falta de interlocución entre Susana Díaz, Podemos e IU, en una guerra sin visos de amainar. La aritmética de pactos por vez primera favorece al PP.

Ambiente de fin de ciclo

“Sí. Hay un ambiente de fin de ciclo. La gente se ha instalado en eso y ahora va a ser difícil de combatir”, admite un diputado socialista. “En otra época, si el Gobierno aprueba unos Presupuestos tan dañinos para Andalucía como los que ha sacado Rajoy, nos montamos en autobuses en manifestación a la capital”, dice otra socialista con escaño. El intento de avivar la confrontación con el PP llegó tarde y mal. Podemos e IU acusan a Díaz de ser coautora de esos Presupuestos por abstenerse frente a Rajoy. Hay una parte del partido que, aún roto por la batalla interna en el PSOE, no tiene fuerzas para armar un frente contra el PP. “Estamos en plena digestión. Dadnos tiempo”, dice alguien del equipo de Díaz. “¿Dónde está el vicepresidente?”, se pregunta otro dirigente provincial del PSOE: se refiere a Manuel Jiménez Barrios, ‘tapado’ en todos los conflictos que surgen.
Hasta la patronal se pregunta dónde está el Gobierno de Díaz tras la falta de reacción ante unos Presupuestos que creen dañinos para Andalucía
La señal más clara de que hay un cortocircuito entre la calle y el PSOE andaluz que hasta ahora no había existido la ven varios sociólogos en las mareas que prenden con cualquier chispa. La sanidad, la educación, la rebelión fiscal o incluso el pésimo estado de los juzgados andaluces, más competencia del ministerio que de la consejería, golpean a la Junta en modo de indignación y protesta en la calle o en las redes sociales. “Antes, si un grupo de padres tenía problemas en un colegio, se iba al delegado de turno. Se le montaba una reunión con el diputado que fuera de la provincia. Ahora no. Ahora se lanzan a la calle y montan una protesta”, señala un exdirigente del PSOE que conoce a la perfección los entresijos de la Administración andaluza. Coinciden en que es “la señal más evidente” de que algo falla más allá del agotamiento por los 38 años ininterrumpidos de los socialistas en el Gobierno andaluz. “Esto es un dinosaurio. Las inercias están instaladas. No basta con cambiar el gabinete, hay algo más profundo”, señalan desde el PP andaluz.

La tres debilidades de la presidenta

Se repiten tres ideas en las que coinciden casi todas las personas próximas al poder en Andalucía consultadas para este análisis. Se ha instalado la idea de que hay “un Gobierno que no gobierna”. La realidad económica es bien distinta, ya no hay dinero ni ‘cash’ en las arcas públicas para remontar el vuelo electoralmente. “Tampoco hay ideas. Antes se inventaban la segunda modernización o la reforma del Estatuto y llevaban a la oposición a rebufo. Ahora no”, explica alguien que formó parte de la ‘vieja guardia’. Y por último, la crisis del PSOE, los dos años en la batalla interna, la derrota en las primarias, la idea que va a tener que combatir Susana Díaz de que para ella Andalucía es “un segundo plato”.
“Ha perdido su aura. Díaz ya no es imbatible”, señala alguien que fue alto cargo en el Gobierno andaluz. “Lo de las primarias es una derrota política histórica, pero sobre todo es un síntoma. A Susana Díaz y los suyos les ha atropellado la realidad, y lo importante es que no le vuelva a pasar en las próximas elecciones si no quiere pasar a la historia como la responsable de haber perdido Andalucía”, añade. Es el gran miedo. “Si no conocen ni a los militantes del PSOE y no son capaces de prever su comportamiento ni en Andalucía”, donde el sector crítico sumó casi un 40%, “cómo van a conocer la calle”.
"A Susana Díaz con las primarias le ha atropellado la realidad, y puede volver a pasarle en las urnas si no cambia el rumbo", señala un antiguo alto cargo
Precisamente, Díaz si se jacta de algo tras caer en las primarias, es del cariño que recibe en Andalucía cuando sale a la calle. Los expertos animan a reflexionar. Dan por hecho que ella tiene un ‘target’ objetivo que la adora, que le pide selfis y se la come a besos, pero con eso, avisan, no se ganan elecciones. “En Andalucía hay un público que ve Canal Sur pero, ojo, que se ve también La Sexta”, señalan gráficamente. Animan a poner la lupa en los jóvenes entre 18 y 45 años, en las capas urbanas, en esa izquierda que no se siente representada por el PSOE andaluz porque lo ven algo “caduco, añejo”. “Si fueran listos, podrían aprovechar la ola de Pedro Sánchez y subirse a ella. Podría ser un buen momento para el PSOE”, señala otra socialista veterana. Manuel Chaves lo hizo con José Luis Rodríguez Zapatero.

Crisis de Gobierno a la vista

Todavía está todo muy caliente y posiblemente ni Susana Díaz ni su equipo hayan tenido tiempo de encajar lo que ha pasado porque no había plan B. "Ahora mismo todo este ambiente de derrota es un espejismo. Quedan dos años. Hay que remontar", confía un miembro del Gobierno andaluz. La especulación sobre si habrá crisis de Gobierno inminente como revulsivo para marcar una nueva etapa es el nuevo factor de inestabilidad que se cierne sobre la política andaluza. Muchos creen que esperará a que pase, a final de julio, el congreso del PSOE-A. Otros en el propio Gobierno están convencidos de que es inminente, cuestión de horas, casi.
La oposición exige precisamente retrasarla. Enfrente, Díaz tiene a Podemos e IU empezando a confluir en un bloque político. Quieren ser alternativa, aunque saben que el sorpaso al PSOE en Andalucía es un reto casi imposible. La incursión de Pablo Iglesias este fin de semana en El Coronil (Sevilla), junto a Diego Cañamero, no es casualidad, admiten fuentes del partido morado. Penetrar en el mundo rural, feudo clásico del PSOE, es el reto.
El PP andaluz tampoco destila euforia. Desde el entorno de Juanma Moreno aseguran que es parte de la estrategia, para no repetir errores. En 2012, en pleno escándalo de los ERE, Javier Arenas ganó y no pudo gobernar por la alianza de PSOE e IU. “Empezar a decir que vamos a ganar moviliza a la izquierda. No nos interesa”, señalan desde estas filas, aunque admiten una "oportunidad histórica".
El PP saldrá a la ofensiva con perfil moderado y dos retos: sacar fieles de la abstención y aprovechar el espacio que deja C's tras pactar con el PSOE
Juanma Moreno sí que tiene un plan. O al menos eso dicen en su equipo. “Aquí, el PSOE tiene desde hace 40 años un suelo de un millón y medio de votantes. Susana Díaz va a poner a funcionar la maquinaria a revienta calderas a partir de ahora para no perder Andalucía. Empezamos el partido siempre perdiendo dos a cero y tenemos que ir a por el empate”, señala alguien de la dirección del PP en Andalucía.
Van a pasar a la ofensiva, al “centro reivindicativo”. Consideran que la debilidad del PSOE andaluz en las políticas sociales puede darles la victoria. Ya no cabalgan a lomos de la corrupción. Esa palabra es ahora contraproducente en las filas populares. Pasarán a hacer “propuestas más contundentes” y a ser más beligerantes. Se dan dos años para sacar de la abstención a los 300.000 votantes potenciales del PP que en las últimas autonómicas se quedaron en casa. Creen que el pacto de Ciudadanos con Susana Díaz les da “una autopista en el centro”. Niegan que el de Moreno sea un liderazgo débil, como creen algunos en sus propias filas, o que quiera ganar por incomparecencia del contrario.
Del millón de votos del PSOE que quiere Albert Rivera en España tras el ascenso de Pedro Sánchez, el PP cree que puede adjudicarse unos 200.000 en Andalucía. Moreno tendrá un perfil de “humildad y prudencia”, avanzan, “alejando prejuicios, como un partido de centro andaluz, dejando claro que no hay nada que temer porque nos den una oportunidad”. Si esa estrategia funciona y la dispersión del voto de la izquierda no se corrige, el fin de ciclo podría ser más que una idea allá por 2019. De momento, todos pendientes de si hay o no crisis de Gobierno este Lunes de Pentecostés mientras la Consejería de Agricultura informaba por las redes sociales de que Susana Díaz pasó el domingo en El Rocío.

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