jueves, 16 de julio de 2015

Y NADIE LE DIJO NUNCA NADA A "LA DIAZ"

¡Silencio, se abusa!


¡Silencio, se abusa! Silencio, que se abusa sexualmente de mujeres y el acusado de los abusos es el hermano mayor de una cofradía de Sevilla. Otra cosa bien distinta es que los supuestos abusos los hubiera cometido un político: ¡cómo vamos a comparar a un sucio político corrupto –sea de izquierdas, de derechas o incluso ni de izquierdas ni de derechas, como los de Podemos–, cómo vamos a compararlo con todo un prestigioso psiquiatra y caballero cofrade que ha tenido el infortunio de que 18 pécoras se hayan puesto de acuerdo para denunciar, las muy arpías sabrán por qué, que dicho señor cuya reputación está fuera de toda sospecha las sometió en su consulta a “dolorosísimas vejaciones y humillaciones”!
Una de las hermandades con más solera y veneración popular en Sevilla es la del Silencio, que procesiona en la Madrugá. Pues bien, hoy todas las hermandades del Sevilla son hermandades del silencio, ya que todas callan ante el escándalo de la denuncia colectiva de ese grupo de mujeres contra Javier Criado, psiquiatra al que investiga el Colegio de Médicos de Sevilla y hermano mayor de la Hermandad de Pasión cuyos hermanos miran para otro lado. Miran y callan. ¿Cómo es posible que no haya ni una sola voz en Sevilla, aparte de las que nunca son escuchadas, que reclame el apartamiento de Criado de la cúpula de su hermandad? ¿Acaso su permanencia en el cargo no perjudica el buen nombre de la Semana Santa, de las hermandades y hasta de la propia Iglesia? ¿La actitud que todas estas instituciones católicas están teniendo en este caso es la que tendría el papa Francisco?
Cuando a la líder de Podemos Begoña Gutiérrez se le escapó una frase como mucho inconveniente sobre la Semana Santa de Sevilla –si alguien se planteara suprimirla, dijo, habría que consultar a los ciudadanos–, media Sevilla se lanzó a una desenfrenada carrera a ver quién crucificaba antes y mejor a la incauta Gutiérrez. Finalmente, el martirio de santa Begoña quedó en nada porque nada en realidad había hecho la dirigente política.
Ciertamente, a Criado le asiste la presunción de inocencia, pero como les asiste a todos los personajes públicos que se ven obligados a dimitir cuando se ven involucrados en un delito feo: feo como malversar fondos públicos o feo como abusar de mujeres o niños. Es llamativo que lo que vale para unos personajes públicos no valga para otros: no vale por ejemplo para el jugador del Betis Rubén Castro, procesado por malos tratos a su novia, ni vale para el hermano mayor Javier Criado, contra quien preparan una querella colectiva esa veintena de mujeres que pasó por su diván. ¿Mienten todas? Puede ser, pero el sentido común dice más bien que es inverosímil una mentira tan colectiva y unánime como esa.
Políticos, instituciones, ayuntamientos, gobiernos, entidades defensoras de la mujer, hermandades, clubes de fútbol, federaciones… en Sevilla todos callan cuando los acusados de abusos sexuales son futbolistas o cofrades. Está bien protestar cada vez que un energúmeno mata a una mujer: pero no estaría mal decir algo, lo que fuese, una simple palabra de reproche, cuando no una mujer, sino 18 mujeres dicen ser víctimas de abusos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario