miércoles, 7 de marzo de 2018

LA MUSA DEL FASCIOFALANGISMO ES NUESTRA CERDITA


Italia: payasos y fachas



ULISES CULEBRO

En "un automóvil rugiente", "más bello que la Victoria de Samotracia", Luca Traini, con la cabeza rapada, después de gritar "¡Viva Italia!", disparó e hirió a varios emigrantes africanos. Luca es un político de la Liga Norte, que participó como candidato en unas elecciones locales.
Es que Marinetti -amor al peligro, la bofetada, el tiro y el puñetazo como higiene para el mundo- y D'Annunzio -canto a las granadas de mano- vuelven a estar de moda en Italia. La xenofobia es la vanguardia y se ha confirmado el adagio según el cual Italia es un circo, pero sin gladiadores: sólo quedan los payasos.
En las elecciones del domingo, una coalición de payasos y fachas ha conquistado la mayoría absoluta, que ha votado contra Europa. Es la victoria del populismo en aquella nación que amamos tanto, la del nuevo príncipe. Los italianos se han enfrentado al euro y han apoyado a partidos que quieren expulsar a los gitanos y echar a los emigrantes al mar. En la apoteosis de la ópera buffa se han puesto de pie para aplaudir a TrumpMarine Le Pen y Farage; a los de América e Italia, primero; a los del Brexit, a los que siguen gritando que los blancos de clase media deben ser defendidos.
La Lega Nord, que declaró la DUI de Padania, ha dejado de ser un grupúsculo. Su líder, Salvini, ha dicho en los mítines que el fascismo trajo la Seguridad Social y exige una Italia de autonomías. Todo esto nos suena a nuevo y es viejo. Proclaman otra vez que hay en Europa países en los que no se logra la mayoría de gobierno. Eso recuerda a los años 30 del siglo pasado y también eso de que hay que derribar los Gobiernos débiles e ineficaces. La democracia sin política, la democracia de la corrupción, la democracia de la oligarquía de partidos va a ser sustituida por la democracia de las hordas urbanas.
Como escribieron los filósofos de la Ilustración, ni vivimos en el mejor de los mundos posibles ni las conquistas del progreso son firmes y seguras. Cada día se oye a algún demagogo decir que esto y lo otro no son dignos de una democracia del siglo XXI. Ignoran que hay vueltas atrás que duran un siglo. Lo que llaman vanguardia e izquierda son repeticiones, a veces grotescas, de otros tiempos.
Lo dice el Eclesiastés: "Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará". Salomónañadió que no hay nada nuevo sobre la tierra y que toda novedad no es sino reminiscencia. Sir Francis Bacon, elogiado por Marx, que luchó porque la escolástica y la teología no tuvieran injerencias en la política, rechazó las ideas fantasmagóricas que han ocupado la inteligencia humana; entre ellas, los ídolos de la tribu y de la caverna.

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