viernes, 5 de enero de 2018


Ladrones, venid a adorar al niño

Jorge Bezares
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Cada dos por tres, los medios de comunicación de las derechas (hasta radio-taxi) reflexionan muy sesudamente sobre la crisis de las izquierdas.
En esta ocasión, los resultados en Cataluña, donde Ciudadanos ha ganado las elecciones en la parte constitucionalista y el PDeCat en la ribera independentista, ha dado pie a que todos los teóricos del carnaval político español proclamen la enésima crisis en las izquierdas españolas.
Y algo de verdad hay si concluimos que el movimiento popular que impulsó Podemos va a menos mientras que el partido del Ibex 35, de Aznar y Felipe González, Ciudadanos, va a más, y puede convertirse en la fuerza que ponga punto y final a la hegemonía del PP-PSOE y aborde la transformación de España que quieren los patrones de nuestra democracia; es decir, una revolución conservadora, recentralizadora y neoliberal a golpe de más competitividad, menos salarios y menos derechos sociales.
Un movimiento sexy sin complejos para jodernos vivos a los mismos de siempre.
Y ahí está la clave: ellos no tienen complejos y nosotros sí. Por eso, solo por eso, las izquierdas están y estarán en crisis.
Pongamos un par de ejemplos, en la cabalgata de Reyes de Puente de Vallecas estaba previsto que saliera una drag queen representando a una reina maga (hubiera estado acompañada por una mujer blanca y otra negra) en la carroza de Orgullo Vallekano y la Mesa de la Igualdad, cuyo lema es “todos som@s las reinas de nuestras vidas”.
Pero el escándalo, patrocinado por el PP, ha llevado al Ayuntamiento de Manuel Carmena a convertir a las reinas magas en cariñosos peluches, dándole en parte la razón a los peperos, que, en palabras de su portavoz madrileño, el equipo de gobierno de Madrid perseguía “confundir a los niños con mensajes ajenos a la Navidad”.
El trágala de los podemitas madrileños se ha producido aún habiendo dejado un juez claro que la drag queen no se tenía que bajar de la carroza, que lo suyo era un acto legal: vamos, tan legal como el artículo 155.
Es verdad que en el acto de la Natividad ni los evangelios de Mateo y ni los de Lucas –un tanto contradictorios, por cierto- solo dan vela en el nacimiento de Jesús a tres Reyes Magos de Oriente y a unos pastores, pero no es menos cierto que al corralón de Belén debió acudir todo el que quiso hasta completar aforo.
Hasta un caganer, ¿no? ¿Por qué no pudo acudir a adorar al niño entonces una drag queen? En el evangelio de Brian, según la versión de Monty Python, unas mujeres disfrazadas de hombres participan clandestinamente en una varonil lapidación. ¿Pudieron algunas de estas intrépidas barbudas colarse llevadas por la intuición femenina de que aquello sería el primer belén de la historia?
De la misma forma, no es ningún disparate afirmar que, dado el altísimo índice de delincuencia que existía en Belén y alrededores (seis de cada cinco eran mangantes vitaminados –uno más por cuenta divina-), algunos ladrones se colaron en la fiesta de la Natividad.
Es más, a buen seguro que en un momento dado medió el llamamiento de un ángel de segunda clase, de los que Frank Capra bautizó sin alas, de la siguiente guisa: “Ladrones, venid a adorar al niño…”
Y llegarían prestos los antepasados de los protagonistas de gúrteles, púnicas, guateques y demás saqueos madrileños, con la misma cara dura de González, Granados o Esperanza Aguirre.
Oye, ya puestos, tres reyes magos extraordinarios para la próxima edición en el Puente de Vallecas. Una carroza que, con estos tres artistas de la política y los cuarenta ladrones, sería el mejor cuento infantil posible para los niños madrileños.
En fin, si recuperan el poder, los peperos meterán la mano sin complejos en el Puente de Vallecas y convertirán el expolio en una fiesta infantil.
Otro ejemplo que clama al cielo es el funeral de Carmen Franco Polo, la hija del dictador, enterrada como duquesa de Franco (¿cuándo llegará la Ley de Memoria Histórica a los títulos nobiliarios?), marquesa viuda de Villaverde y grande de España en la cripta familiar de la catedral madrileña de La Almudena. ¿Se imaginan dónde enterrarían en la Alemania actual a un supuesto hijo (bastardo) de Hitler y qué títulos le acompañarían a la tumba?
Sin complejos, la derecha entona si hace falta el Cara al Sol y defiende a los suyos, como hizo el mismísimo Mariano Rajoy, con el almirante franquista Salvador Moreno, que masacró a miles de criaturitas entre Málaga y Almería.
Las izquierdas, sin embargo, apenas si han podido sacar a unos pocos de muertos de las cunetas de la Guerra Civil, Más de 100.000 esperan un acto de sentido común, un acto de justicia histórica de una izquierda acomplejada y en crisis permanente.


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