Estado Mayor de Sánchez

.Hablo con el Estado Mayor de Pedro Sánchez, donde no están los que estuvieron. Hay pocos oficiales: se han pasado al enemigo los cuadros que tenía. Le queda tropa formando barricadas en sedes y redes. El pasado sólo fue el prólogo, una escaramuza; la batalla decisiva va a empezar ahora, si Pedro no se raja o no le convencen de que camina hacia el abismo, ofreciéndole salidas honorables. Si se diera la batalla, sería con armas cortas. En la era del populismo, lo que para las élites y para Coriolano era una horda de perros callejeros, para Pedro es la militancia engañada.
"La batalla decisiva será en el sur", les digo. Responden: "Después de 120.000 manifestantes en Granada contra la Sanidad quebrada y la pérdida de siete puntos en la intención de voto, hay quien tiene claro que la presidenta de Andalucía se desprestigió para tumbar a Sánchez y sigue desprestigiándose, a pesar de sus palabras de fraternidad y unidad". Sugiero: "Contáis con el encanto del azar, pero un buen general sabe cómo lograr la victoria y también no intentarla si es imposible". Contestan: "El PSOE vive una profunda crisis desde que Zapatero dejó el Gobierno. Esa crisis no es de liderazgo, sino de proyecto y de pérdida de credibilidad entre la ciudadanía, agudizada por la aparición de Podemos, que se ha llevado una parte muy importante del electorado de izquierdas. Los jóvenes difícilmente votan al PSOE. Sólo Pedro puede recuperarlos".
Insinúo: "A Pedro le eligieron secretario pensando que sería manejado por Susana y que en ningún caso optaría a la Presidencia del Gobierno". Replican: "Sí. Y cuando a los dos meses dijo que iba a aspirar a presidir el Gobierno firmó su sentencia de muerte y empezaron a destruirlo con el apoyo de empresarios y medios de comunicación. En la comunicación, Pedro cometió errores; empezó a aislarse y a tomar actitudes defensivas, alentado por la gente de su equipo, precisamente la que ahora le ha traicionado. Pero después de dos meses desde que Pedro quedara muy afectado por la cacería del Comité Federal del 1 de octubre, la traición chusca de Patxi le ha espoleado". "¿Y quién le apoya?", insisto. Alegan: "Hay una parte de la militancia que aún le apoya. Además, si se presenta a las primarias no tiene nada que perder. Defenderá un proyecto atractivo de izquierdas para que vuelvan los que se fueron a Podemos".
Les consulto: "¿Quién está detrás de Patxi?". Me contestan: "Patxi ha sido profundamente desleal, pues es quien convenció a Pedro para que dejara el escaño, argumentando que sólo así podría ser secretario general. Su candidatura tiene el objetivo de dar apariencia de auténticas primarias para luego acabar pactando con Susana y montar una candidatura única". Para los que piensan que Rubalcaba tuvo algo que ver en la argucia de Patxi, mis interlocutores añaden: "Rubalcaba siente desprecio intelectual por Patxi".
Me sugieren que a Pedro le abandonaron los que pensaron que quienes huyen de una batalla perdida están preparados para la próxima traición.