miércoles, 5 de octubre de 2016

y con la izquierda llega el gran quilombo

Teresa Rodríguez durante la sesión de Investidura de Susana Díaz. (Foto: Prensa Parlamento Andalucía)
La líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, prepara una intervención el Parlamento regional.

Teresa Rodríguez piensa en 

la batalla

La líder de Podemos Andalucía es abiertamente desafiada por la corriente crítica ‘Andalucía Ahora’, cuyas promotoras aspiran a desbancarla en el congreso de noviembre

Federales contra confederales. Radicales contra institucionales. Pablistas contra errejonistas. A Podemos Andalucía le ha llegado el turno de despejar las mismas comprometidas incógnitas cuya resolución están desangrando al Partido Socialista: quién debe mandar, cómo debe mandar y para qué debe mandar. Las respuestas no se conocerán hasta la segunda semana de noviembre, fecha de celebración de un congreso regional al cual concurrirán varias candidaturas todavía en proceso de conformación.
Lo que en principio se prefiguraba como una leal batalla de ideas y no de personas que confirmaba en muchos dirigentes de Podemos un cierto sentimiento de superioridad moral con respecto a los demás partidos y muy en particular hacia el PSOE, sufría un duro golpe este lunes en Granada al conocerse los duros términos del manifiesto difundido por la corriente crítica liderada por las parlamentarias Carmen Lizárraga y Esperanza Gómez, a su vez puntales parlamentarios del Grupo de Podemos en la Cámara andaluza, que cuenta con 13 escaños. Lizárraga es la presidenta del grupo y Gómez la portavoz adjunta, y al menos tres diputados más están con ellas. La amenaza de fractura parlamentaria planea sobre la formación.
'Hay otras candidatas mejores'
La candidatura crítica se llama ‘Ahora Andalucía’ y sus disparos no son precisamente de fogueo: “Teresa Rodríguez ha demostrado carecer de una altura política suficiente como para encabezar este proyecto”, dice con crudeza el documento programático, que además apuesta sin medias tintas por hacer de la organización andaluza “la primera federación emancipada de la organización estatal”. Y por si quedaban dudas, añadían sobre Rodríguez: “Hay otras candidatas mejores”.
La actual dirección regional que lidera Teresa Rodríguez comparte con Gómez y Lizárraga la misma retórica verdiblanca pero es mucho más cauta a la hora de responder a la pregunta de cómo ha de organizarse el partido, es decir, de cómo hay que mandar. La corriente granadina parece apostar por un modelo confederal que necesariamente chocaría con el formato del partido fuertemente centralizado que propone Pablo Iglesias, que tiene en Rodríguez una firme aliada tras haber superado ambas partes la desconfianza inicial.
La tercera plataforma –en realidad hay dos más, aunque todavía poco definidas como opciones de poder– que quiere hacerse con las riendas del partido es la denominada ‘Andalucía Plaza a Plaza’, que encabeza el diputado nacional Sergio Pascual, el hombre de Íñigo Errejón en Andalucía que el pasado invierno fuedecapitado de manera fulminante por Pablo Iglesias de la Secretaría de Organización del partido: las heridas de aquella ejecución no han cicatrizado todavía en el cuartel general de Podemos. Desde entonces, nada ha sido lo mismo entre Iglesias y Errejón, cuyas diferencias ideológicas y estratégicas sin duda proyectarán su larga sombra sobre la asamblea andaluza de noviembre.
¿Un partido protesta?
¿Acabarán pactando ‘Ahora Andalucía’ con ‘Andalucía Plaza a Plaza’? Ambas corrientes son compatibles, admitía este martes la diputada de esta última Begoña Gutiérrez. Con quien no parece haber entendimiento posible es con las fuerzas que comanda Teresa. Procedente de Izquierda Anticapitalista, Rodríguez se ha formado ideológicamente en una cultura política ajena a los despachos y las instituciones y fuertemente vinculada a las “luchas de nuestra tierra” de activistas como Diego Cañamero o Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Así lo recordaba en su carta de presentación de cara al congreso: “Nuestra fuerte presencia en las instituciones debe verse compensada con una presencia fuerte también en las luchas, en la calle. El éxito de nuestras propuestas pasa por una removilización de la sociedad andaluza”, decía con un lenguaje bastante alejado de la propuesta de Lizárraga. La plataforma de la diputada granadina alerta de que Podemos puede acabar convertido en un "partido protesta", cuando lo que en realidad debería ser es “un partido útil a la sociedad y capaz de proponer y hacer real un orden más justo, desde las instituciones y desde la sociedad civil".

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