lunes, 4 de junio de 2018

PEGATE UN TIRO EN EL PITORRITO,MIARMA

Pasar del "Pedro, cariño, no mientas", "Pedro, no me hagas elegir entre la lealtad a Andalucía y al PSOE", a llamar a ese mismo Pedro "presidente Sánchez" no debe ser fácil para nadie; menos para un político, cuyo primer desayuno reconstituyente del día es un sapo y el segundo, otro sapo.
En las cábalas del Gobierno andaluz y del PSOE de Andalucía no entraban de ninguna de las maneras que Pedro Sánchez fuera a sacar adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy: primero, por falta de apoyos parlamentarios; y después, porque Rajoy la impediría presentando su dimisión. No ha ocurrido ni una cosa ni la otra y desde este viernes Pedro Sánchez es el tercer presidente socialista de la democracia.
Ante la presentación de la moción de censura llamó la atención, por el contraste, el entusiasmo que mostraron Antonio Maíllo (IU) y Teresa Rodríguez (Podemos) frente a las más tibias de la propia Díaz, advirtiendo que “no debe haber concesiones y acuerdos” a los independentistas. Dicho eso, en el PSOE andaluz todo el mundo sostenía que Sánchez no tenía más remedio que tomar la iniciativa tras la sentencia de la Gürtel, salir de la tramoya y situarse en el centro del escenario.
El tiempo en política, incluidos sus años, sus meses, sus semanas, sus días, sus horas y sus minutos, no recoge una celebración obligada en el calendario y lo que hace ocho días, ocho horas u ocho minutos era el Día de los Difuntos acaba siendo el Día de la Natividad. O viceversa. Como dice el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla Javier Pérez Royo “¡qué bonita es la política!”.
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, deberá de nuevo reinventarse, resetear su estrategia, basada en culpar de todos sus males, carencias y falta de iniciativa al Gobierno central. Sólo hace falta seguir las reuniones semanales del Consejo de Gobierno para darse cuenta de que en Andalucía hay una presidenta que inaugura, besa, abraza, saluda y declara, pero no un Gobierno.
Con Pedro Sánchez de presidente –la frase del socialista en la campaña andaluza de 2015 en Viator “Susana tú a San Telmo y yo a la Moncloa” se ha hecho realidad tres años después- ese discurso ya no es posible o no debe serlo. "¿Ahora va a decir que el Gobierno de España es el enemigo de Andalucía?", se pregunta un diputado eufórico con el vuelco político en España.
Díaz ya intentó reinventarse cuando hace poco más de año perdió de manera contundente la carrera por la secretaría general del PSOE frente al hoy presidente del Gobierno y sus preocupaciones políticas estaban en Cataluña, España y la Humanidad más que en Huéneja (provincia de Granada). Se refugió en el fortín andaluz, diseñó un PSOA, "un mundo propio" como dice un dirigente y tomó conciencia, aunque de manera tardía, de que la joya de la sanidad pública andaluza había derivado en bisutería, es decir, en un problema.
La presidenta andaluza y secretaria general del PSOE andaluz continuó con sus desdenes hacia Pedro Sánchez, harto de tener que pedir permiso cada vez que visitaba una provincia andaluza. Construyó un "cinturón sanitario con las ocurrencias" de sus compañeros de Ferraz, mientras había gente que le seguía susurrando sus posibilidades de subir a su ocho mil más preciado si Pedro volvía a perder las elecciones, cosa que está por ver. Hasta en una conferencia de Pedro Sánchez en un foro organizado por un medio de comunicación en Sevilla, algunos socialistas enviaron mensajes a los periodistas para que cayeran en la cuenta de que ninguna empresa había querido patrocinarla, lo cual dice mucho del ojo clínico de las empresas.
El PSOE andaluz sacó este viernes toda la fanfarria y trompetería para festejar que con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno "se abre un nuevo tiempo para España y para Andalucía", como escribió la presidenta andaluza en Twitter, al tiempo que mostró “todo” su apoyo y lealtad. En un vídeo posterior, abundó en que a Andalucía “siempre le ha ido bien con un presidente socialista” y subrayó que colaborará con el Gobierno “desde la firmeza en la defensa de Andalucía y sabiendo que se abre un nuevo horizonte de esperanza”. “Andalucía va a volver a tener un Gobierno amigo”, proclamó el portavoz socialista, Mario Jiménez.
Es lo que tocaba, lo que diseñaron desde San Vicente. Primero los festejos. Pero en el PSOE andaluz ya están en el día siguiente. Aunque Pedro Sánchez ha dicho que gobernará con los presupuestos diseñados por el Gobierno del PP, los socialistas andaluces van a intentar “mejorarlos” para que algunas de las demandas de inversión planteadas desde Andalucía se reflejen. “Los Presupuestos Generales del Estado no nos gustan y no nos vamos a contradecir. Habrá que mejorarlos”, aseguran fuentes del PSOE. También van a exigir la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera para hablar de la financiación autonómica, aunque saben que es muy difícil que cuaje en un acuerdo. “Hay que convocar para hablar, aunque no haya un resultado”, aseguran fuentes del Ejecutivo andaluz.
En el debate de la moción de censura, Sánchez le dijo a Joan Baldoví, el líder de Compromís: “Respecto a la financiación autonómica, ya le digo que nosotros no vamos a resolver ni a renovar la financiación autonómica porque no va a haber mimbres para resolverlo”.
El primero que le reclamó este viernes a Susana Díaz que sea “tan exigente” con Sánchez como antes fue el líder de Ciudadanos de Andalucía, Juan Marín, su socio y sostén parlamentario. La posición que va a adoptar este partido a partir de ahora es una incógnita, aunque la respuesta la tiene más Albert Rivera que Marín. A los socialista, no les gustó nada que su compañero naranja de legislatura asegurase días atrás que pediría la dimisión de Susana Díaz y convocatoria inmediata de elecciones si el PSOE era condenado. Fueron unas declaraciones muy fulleras porque al PSOE andaluz no se le juzga por financiación ilegal y la sentencia de los ERE posiblemente se conozca después de celebradas las elecciones andaluzas. No obstante, hay dirigentes socialistas que advierten que lo ocurrido con la sentencia del caso Gürtel  establece un precedente político, como bien se encargó de destacar Mariano Rajoy.
En el PSOE, por el momento, están en el buenismo y consideran que “no hay razón alguna para pensar que Ciudadanos cambiará de actitud en Andalucía”, ni que tampoco Pedro Sánchez hará concesiones a los independentistas. “Por ahora, tiene el beneficio de la duda”, asegura una de las fuentes consultadas.
En cuanto al calendario electoral, dicen los socialistas que la situación se mantiene y creen que Sánchez intentará alargar su mandato al menos hasta las municipales y europeas de mayo de 2019 e incluso más allá. “Lo que no ha cambiado es que las andaluzas van a ser las primeras en celebrarse”, afirman.
Y aquí surge la duda acerca de qué es lo que hará Díaz. Ella ha dicho que agotará la legislatura que acaba en marzo de 2019, incluso ha puesto en marcha el mecanismo administrativo para elaborar los Presupuestos autonómicos del próximo ejercicio, pese a que la legislatura no da más de sí. Hay quien plantea que Díaz debería convocar “lo antes posible para aprovechar el impulso que va a tener Pedro Sánchez los primeros meses, antes de que se produzca el desgaste posterior” o, en palabras de otro dirigente, antes de que venga el llanto y el crujir de dientes. “Aquí  ya no hay ningún libro de texto político de la actualidad que se pueda consultar. Hay que ir paso a paso. Mirando el presente, ya veremos”, contestan ante la duda y la evidencia de que se puede pasar del Día de la Natividad al de los Difuntos en un instante. O viceversa.

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