sábado, 22 de septiembre de 2018

ASI TRATA ESPAÑA A LOS NEGROS...Y A LOS SUDACAS,GITANOS,EUROPEOS DEL ESTE....

Romulus, el trabajador muerto en el Ritz que cantaba ópera


Romulus, el obrero fallecido en las obras del Ritz.

Tenia estudios superiores y trabajaba desde junio en una empresa como montador de yeso
Romulus Nyuawode, nacido en Togo, murió el pasado martes por la tarde sepultado por la avalancha de escombros causada en el derrumbe del hotel Ritz. El próximo 7 de octubre iba a cumplir 42 años. Desde el pasado mes de junio trabajaba como colocador de placas de yeso o pladur para una empresa con sede en el barrio de la Guindalera, en el distrito de Salamanca. «Desde que estaba en esta empresa estaba feliz, estaba muy contento», explicaba ayer su esposa con voz temblorosa y con el corazón roto por la muerte de su marido. «Se ha ido una gran persona, un tipo excepcional», repetía una y otra vez. «Sólo espero que esto que le ha pasado no vuelva a suceder porque no habían notado nada raro en la obra ni nadie les avisó de ningún peligro», señaló la mujer, con la que no tenía ningún hijo.
Romulus tuvo una formación universitaria en Costa de Marfil como experto en comunicación. También había sido cantante de ópera, algo que le encantaba y con lo que disfrutaba. «Era alguien superpreparado, pero en Europa nunca tuvo un trabajo a la altura de sus posibilidades», señalan sus allegados en el barrio de San Blas.
Romulus llegó a España de forma completamente legal hace ya varios años. «Es mentira quien diga que llegó de otra forma», matizan. Pese a su currículum, no tuvo fortuna a la hora de encontrar un empleo y empezó a buscarse la vida en la construcción.
«Pasó por varias empresas donde le trataban bastante mal», relata otro compañero. «Hasta el pasado mes de mayo estuvo en una empresa donde le explotaban y cada vez que le tocaba irse de vacaciones le daban de baja», apuntó otro colega de profesión.
«Se puede describir a Romulus como alguien muy amigo de sus amigos y muy familiar. Era una persona con valores. Sé que parece un tópico, ya que se dicen esas cosas cuando alguien se nos va, pero era alguien muy especial que se preocupaba por la gente y con una calidad humana de los que ya no quedan», describió otro conocido suyo.
Ahora Romulus estaba encantado con su nueva empresa, ya que le trataban muy bien, según su esposa. «Estaba muy ilusionado en la nueva firma porque le cuidaban», apuntó otro pariente. Anoche la propietaria de la compañía donde trabajaba lloraba cuando le recordaba. «Sólo podemos hablar maravillas de él. Estamos muy apenados de lo que ha sucedido», señaló. La empresa se hará cargo de los gastos de su sepelio.

Y MI PADRE ANDALUZ SE GRADUÓ DE ABOGADO EN ARGENTINA EN 1933

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