Alberto Garzón
se enfrenta ya abiertamente a su antes amigo Pablo Iglesias. Pasados los tiempos en que negociaban llegar a ser colegas en una formación conjunta, las hostilidades se han destado, y
el líder de IU no disimula su interés en distanciarse del cabeza visible de Podemos. Lo último ha sido retarle a un debate que deje claro dónde está, ideológicamente hablando, cada una de sus formaciones.
IU s
abe que se juega la supervivencia en las próximas elecciones generales. Igual que en las autonómicas y municipales del 24-M la formación desapareció literalmente de muchos ayuntamientos y gobiernos regionales,
podría ocurrirle igual a nivel nacional si no es capaz de encontrar su nicho de votos. De ahí el interés de Garzón en diferenciarse de Podemos y atraer de nuevo a un electorado que en los últimos comicios puede haberse dejado tentar por el seductor planteamiento de Iglesias.
Hasta el lenguaje utilizado por Garzón es agresivo: nada de paños calientes, parece ser la consigna. Por eso, el candidato de IU al 20-D considera «aberrante» la actitud democrática de Podemos y Ciudadanos, limitando a cuatro actores políticos el debate para las próximas elecciones generales. Cree que Iglesias tiene "miedo" de enfrentarse a él porque le puede hcer perder votos. Un ejemplo de vieja política por parte de quienes, ironiza Garzón, «se supone que vienen a regenerar y hacer un cambio, y copian las miserias del bipartidismo».
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