jueves, 29 de agosto de 2013


Izquierda Unida ante la dimisión de Griñán



Después de un primer período de legislatura andaluza, y de varios avatares y juegos engañosos sobre su marcha, finalmente se ha confirmado la dimisión de José Antonio Griñán como Presidente de la Junta de Andalucía, y se convalidará su sucesión el próximo día 7 de septiembre, a cargo de su delfina Susana Díaz. Las razones esgrimidas por Griñán para su marcha no están claras, aunque él personalmente alude a razones personales, así como al desgaste de su cargo al frente de la Junta, en relación a su posible responsabilidad ante el caso de corrupción en torno a los ERE fraudulentos. Vamos a exponer algunos análisis y comentarios, intentando ser sobre todo coherentes, y de nuevo, llevando a la palestra la erosión de la imagen de la izquierda (IU) en nuestra región, y por ende, a nivel nacional.

En primer lugar, hemos de defender la postura del ya Presidente en funciones, José Antonio Griñán, en lo que se refiere a su asunción de responsabilidad política, y por tanto, su abandono del cargo, para no deteriorar más la imagen de la Junta de Andalucía y de su Presidencia. Tenemos no obstante que objetar a esta decisión algunos comentarios, que se refieren a la posibilidad de no haber aceptado el cargo desde primera hora (porque él sabía hasta qué punto estaba implicado en dicho caso de corrupción), y en cualquier caso, el marear demasiado la perdiz, y no ofrecer una explicación clara de su marcha, argumentando hasta el último momento que a él, personalmente, "no se le puede imputar en ningún delito". De cara a la transparencia a que tanto aluden, estas ruedas de prensa para no dejar nada en claro dejan mucho que desear. ¿Y cuál ha sido la actitud de IU-LV-CA ante ello? Apoyo sin fisuras al Gobierno de la Junta, ausencia de críticas.

En segundo lugar, hemos sufrido de nuevo (ya ocurrió primero tras la marcha de Chávez) el impresentable espectáculo, poco edificante, pero sobre todo poco democrático, de una sucesión poco menos que impuesta a dedo. El caso de Susana Díaz al frente de la Junta va a ser otro caso más de opacidad en la elección de un cargo público, en primer lugar por no ser elegida en unas Elecciones Autonómicas, como hubiera sido deseable. Pero más allá de ello, por el lamentable espectáculo de la celebración de unas supuestas Elecciones Primarias dentro del PSOE Andaluz, que no han sido tales, ya que de antemano la figura de la señora Díaz estaba predestinada para el cargo. Las fuerzas políticas que nos gobiernan siguen sin entender la transparencia en su funcionamiento interno, por mucho que se llenen la boca con ella. ¿Y cuál ha sido la actitud de IU-LV-CA ante ello? Apoyo sin fisuras al Gobierno de la Junta, ausencia de críticas.

Si a todo ello le sumamos que Andalucía sigue practicando la misma política de complicidad neoliberal con el Gobierno Central, en el sentido de continuar practicando los recortes a todos los niveles, el panorama es, cuando menos, desolador. En sólo un año, la Junta de Andalucía ha prescindido de más de 16.000 empleados públicos, efectuando un recorte de más de 7.000 sanitarios y otros 7.400 profesores, pero también en Administración General y en Justicia. Y con respecto a los Ayuntamientos, los últimos ERE en los municipios andaluces han recortado el personal local en un 7,1%. Y la aceptación del nivel de reducción de déficit público impuesto por el Ministro Montoro obligará de nuevo a más recortes. Por su parte, el caso de corrupción de los ERE continúa recorriendo su vía judicial, y se va haciendo más grueso, y también ha saltado al ruedo político la implicación del sindicato UGT-Andalucía en la elaboración de facturas falsas, para engordar dietas a sus dirigentes.

En medio de toda esta ponzoña política y social, continúan las tres Consejerías en poder de IU-LV-CA, ofreciendo todo su apoyo al "nuevo período político" que se avecina tras la marcha de Griñán y la próxima investidura de Susana Díaz como Presidenta de la Junta. A muchos nos sigue pareciendo que lo único que consigue la organización de izquierdas en Andalucía es deteriorar cada vez más su imagen, contribuyendo a un descrédito sin precedentes de dicha formación política en todo el territorio nacional, justo ahora que sería más interesante que nunca que la verdadera izquierda transformadora obtuviera un amplísimo respaldo electoral en sus próximas citas, para poder regenerar políticamente las Instituciones, y dar un vuelco a la política servil a los mercados que se viene practicando. Reiteramos desde aquí que Izquierda Unida debe ofrecer un mensaje claro, valiente y coherente, y demostrar esa coherencia y esa valentía en su acción de gobierno, rompiendo todo atisbo de complicidad con el bipartidismo reinante en nuestro país, y practicando políticas diametralmente opuestas. Si esto no es posible en el contexto europeo actual, se debe romper con este contexto.

Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es/

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