El pensamiento lógico de un votante del PP
Los votantes del PP, como gran parte de los
españoles, también andan tristes y preocupados por la situación que
vivimos. La corrupción -aunque su hedor atufe- no es algo que les
preocupe especialmente dado que, argumentan, “todos los hacen”, “siempre
ha sido así ” y suelen corear con grandes sonrisas
el orgullo español del robo y la trampa, mal llamados “picaresca”. Pero
sí les duele algo el bolsillo y, por encima de todo, el futuro de sus
hijos y los jóvenes en general.
Están desencantados.
El 21 de Noviembre de 2011, exultantes, ya hacían planes, de empleo,
casa y vacaciones. Y ahora el plazo de la presunta recuperación se
alarga a 2014, cuando ya había sido anunciada para Junio de 2013. Es que la “herencia” socialista está siendo difícil de roer. Aquel despilfarro
de los “cheques bebé” (4.000 millones en 3 años) o el “Plan E” (13.000)
o subir mínimamente la inversión social para dar cobertura por ejemplo a
la Dependencia. Sin llegar jamás, ni de lejos, a la media europea. Y,
además, el déficit que se les disparó a las comunidades autónomas, la
mayoría en manos… del PP. Ahora hay más paro, más recesión, se han
recortado servicios esenciales y la deuda se ha catapultado del 68,5% al
85.3%. El votante del PP, ni aún frustrado, logra relacionar estas
variables. No consigue aceptar que se han restado muchos más millones a
la sociedad de los que hubiera necesitado compensar
el “despilfarro” de Zapatero. Que estamos infinitamente peor que hace
año y medio y que nos dan mucho menos, por muchos más impuestos y
repagos. “Hay que dar tiempo a las reformas ”. ¿Cuánto? No saben. ¿Qué reformas? ¿Las destinadas a precarizar el empleo? ¿Las de dejarnos sin sanidad o educación públicas?
“No hay otra solución”, “es que les debemos dinero a los bancos”. ¿Y
los miles de millones que han recibido de fondos públicos? ¿Y los
beneficios que sacan a nuestra costa con la inventada “crisis de la
deuda” los bancos alemanes sin ir más lejos? ¿Y la ingente evasión a
paraísos fiscales que se detrae del erario? “Siempre ha sido así ”. Pero ahora es peor. “Ya cambiará, hay que dar tiempo ”. Además, “la crisis ya se acaba”. Y ¿volverán las oscuras golondrinas portando en las alas todo lo que nos han quitado?
Vieron un halo de esperanza en los cinco mil empleos creados en la
Semana Santa de Marzo, la primera en ese mes desde el inicio de la
crisis en 2008. Aunque se les argumente que han sido en el sector
servicios, han bajado todos los demás, y son efímeros. Que una cosa es
el paro registrado y otro el real. “Cuando falta el aire, sirve respirar ”.
Uno respira un rato, luego vuelve ahogarse, pero hay que ser
“positivos”… cuando algo es obra del PP. Por eso también están
dispuestos a aceptar todos los recortes: “algo es mejor que nada ”.
Las viejas cadenas que viven y viven. “Si todos nos sacrificamos un
poco, saldremos adelante”. Olvidando a quien, lejos de “sacrificarse”,
se lucra obscenamente.
¿Y las mentiras? ¿Por qué
alguien que ha engañado hasta nuestra extenuación va a decir finalmente
una verdad? Ni se inmutan. El incumplimiento del programa electoral, la
presunción de falsos logros, las esperanzas en futuros inmediatos de
recuperación persistiendo en los errores, son, para un votante del PP
ilustrado, “la dialéctica política tradicional”. Para el conjunto, el
"todos los hacen". No reparan ni en la impúdica entrega del Registro
Civil nada menos que a los Registradores de la Propiedad (cuerpo al que pertenece Rajoy) o en la gestión de alto riesgo con la hucha de las pensiones.
Lo que no entiendo –avanza alguno - es por qué “antes” no había tanto paro.
Por añorar, añoran hasta a Felipe González al cuál ponían tibio. De la
crisis internacional no les hables, es un tema demasiado amplio. De
hecho abrevian las explicaciones y piden una respuesta corta. Un
culpable. Uno. ¿La burbuja inmobiliaria ? Por lo menos la gente tenía trabajo.
Pero se estaba gestando un enorme problema, no podía durar. El votante
del PP no logra tampoco establecer esa relación. Si así se creaban
empleos, no hay porqué dejar de construir.
De ahí
-entre otros muchos descalabros- han venido los desahucios, les dices.
En este punto se ilumina su rostro: pueden explayarse en la respuesta.
Todos, sin excepción, conocen a alguien que “se embarcó en un crédito
sin tener ingresos suficientes ”, que se convierte
en regla de oro. Ya, pero otros, la mayoría, contaban con un trabajo que
se esfumó y no por su culpa, o les rebajaron el poder adquisitivo, y no
advirtieron las trampas de los bancos en cláusulas muy bien camufladas.
“Siempre ha sido así”, "no hay otra solución", "nos apretamos todos un
poco", cortan rápido para poder avanzar su postura: “es que la dación en
pago tampoco es solución, quebraría el sistema”. Otros países la tienen. “Bueno, pero estas protestas van a acabar en violencia”.
Un votante del PP, lo mismo que los “apolíticos” y muchos establecidos
de toda condición, mantienen una idea de la violencia de doble
dirección. No entienden como tal la que se ejerce contra los ciudadanos,
en sanidad, educación, vivienda o el trato con los bancos (no les
salpica directamente sangre en la cara). Solo reventarle un ojo a una
ciudadana en una manifestación les parece que es “pasarse un poco”. Pero
les resulta intolerable la protesta o la presión pacífica a los suyos.
“Hay que respetar la intimidad de las personas, la de los políticos
también ”, aunque ellos no respeten ni nuestros derechos. Por ejemplo, el de manifestación al acotar los escraches.
La lección surtida por los medios, por algún intolerable presunto
debate-encerrona a Ada Colau camuflado de progresista, ha trocado la
admiración por la PAH en recelo. Un votante del PP es muy aficionado a
los debates sesgados en los que le dicen lo que tiene que pensar, lo que
quiere pensar. Y no puede ni llegar a concebir que, quien tiene sus mismas ideas y –sobre todo- habla en televisión, pueda obedecer a intereses espurios.
Por eso, los papeles de Bárcenas “no son verdad hasta que se pruebe”,
aunque se amontonen evidencias. Todas las corrupciones que emergen
necesitan el trámite judicial, siquiera para informar de ellas, por más
que sepamos de dilaciones, amnistías e impunidad. “Siempre ha sido así”.
Y… “todos lo hacen”, ese peligroso meme que
pretende hundir la democracia más de lo que está. Hasta risas
histéricas provoca el ascenso en intención de voto de Izquierda Unida.
Para un votante del PP, para todos ellos casi sin excepción, IU es un
remedo de la Rusia de Stalin, y quiere salir de Europa, lo cual –como socios “privilegiados” que somos- es un horror. A Rosa Díez y su UPyD la ven, en cambio, con muy buenos ojos. Es lista y no tiene pelos en la lengua, aunque los haya mudado cien veces . Y decantarse por EQUO es… una ingenuidad.
“No, no, yo voto a quien tiene posibilidades de gobernar”, afirman con
alta suficiencia. Y ésos son PP y PSOE, el único que –de mal grado-
admite su imaginario.
Porque esa sociedad que salió a
la calle el 15M con un enorme grado de aceptación popular -aplaudida
también por votantes del PP y de otros partidos que… terminarían por
otorgar a los conservadores la mayoría absoluta- no es una alternativa
para ellos. “Sería el caos”. ¿Mayor del que ahora vivimos?
Están tristes pese a todo. Cuando tienen en su mano exigir
responsabilidades si consideran que –a pesar de las evidencias que se
anticipaban y obviaron ver- fueron “engañados”. Pero, según muchos de
ellos –todavía, aunque parezca inconcebible-, “hay que darles tiempo”. A
que la putrefacción nos embadurne hasta la mirada, el oído, el olfato y
el gusto, si no lo ha hecho ya. A que todas las mentiras – 2013 el último año de la crisis y
demás- caduquen dejando el esqueleto de la más aguda precariedad. Se
acabó la tregua. Y la paciencia. Los votantes del PP son responsables de
los males que hoy sufrimos el resto. Tienen que saberlo y afrontarlo.
(“Que no me lloren, que luchen”, dijo José Luis Sampedro antes de irse. Pues eso).
No hay comentarios:
Publicar un comentario