Andalucía: nunca hubo partido
Que las derechas iban a formar gobierno en Andalucía, eso se sabía desde la misma noche electoral. En el momento que PP, Ciudadanos y Vox sumaron mayoría absoluta, el acuerdo estaba hecho y con tres rúbricas telefónicas.
¿Alguien creía que la derecha económica de España iba a dejar pasar la oportunidad para desbancar al PSOE de Andalucía tras 36 años tragando y tragando?
Nadie, ni siquiera los directivos del Ibex-35 que apoyaron a Susana Díaz en las primarias contra Pedro Sánchez van a mover un dedo para impedir que Juanma Moreno se convierta en el nuevo presidente de la Junta con el apoyo de Ciudadanos y Vox. Todo lo contrario, si cabe, serán los más proactivos para que se consume la operación con dos orejas, rabo y vuelta al ruedo.
Así que eso de que hay partido, nanay de la China. De hecho, nunca hubo partido.
Y me explicó: el PP, comandado por Aznar desde que Casado se convirtió en el dueño y señor de la calle Génova, está encantado de asociarse con Vox.
De hecho, mucho votante de Abascal y compañía proceden de las filas populares. Y donde hubo fuego quedan rescoldos. Van a estar de acuerdo en casi todo, incluido los restos de Franco, que es donde se halla el ADN de ambas formaciones.
Más complicado lo tiene Ciudadanos, que, por mucho que quiera marear la perdiz, tendrá que retratarse y sumar sus votos a los de Vox para sentar a un pepero en San Telmo.
Para no mojarse, el candidato Marín emite cantos de sirena para que el PSOE se abstenga. Pero ese susurro es puro juego de esgrima. La muchachada de Rivera, Riverita no le queda otra que retratarse agarraditos de la mano con la extrema derecha; juntos y revueltos.
Eso sí, sobre el traje impoluto que se han agenciado aparecerán las primaras manchas: lamparones de fascismo puro y duro, tiros de mierda de racismo y xenofobia, pringue de homofobia, mugre de misoginia, cardenal de franquismo…
Demasiada suciedad sobre el liberalismo centrista, democrático y constitucionalista que pregonan estos paisanos de cuarto y mitad, ¿no?
Por cierto, como en esta España nuestra todo está intercomunicado, me gustaría defender públicamente que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en vez de reunirse con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que está como una auténtica regadera, haga lo propio con Oriol Junqueras.
Sé que este encuentro es una quimera, ¿pero por el bien de España y de Cataluña no sería posible un permiso carcelario cortito para el líder de ERC?
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