viernes, 17 de octubre de 2014

UN GRAN CRONISTA GADITANO HABLA LA TRANSICION

fernando orgambides

"Aquí hubo un reparto vergonzoso de puestos"

Este periodista y escritor asegura que la Transición fue el modelo más hermoso que ha vivido en política. Se declara "satisfecho y realizado" por haber montado la edición americana de 'El País'.

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Fernando Orgambides./ Joaquín Pino
    Fernando Orgambides Gómez nació en Cádiz hace 60 años, y tras 40 de profesión en los que fue testigo directo de la Transición en Informaciones, en El País, como corresponsal en Rabat y México, después de haber montado la edición americana de El País... se declara "satisfecho y realizado". Ahora ha alcanzado el estatuto privilegiado de casi retirado dedicado a escribir libros. "El periodismo no lo he colgado en una percha, y por eso, si sé hacer crónicas escribo un libro de crónicas, y como me gusta la investigación, he escrito Manuel Rodríguez Piñero (1872-1929). La causa republicana en el Cádiz de la Restauración.

    -En su libro más reciente aparece una profusión de apellidos de familias que se repartían la influencia en Cádiz. ¿En España ha sido y sigue siendo también así?


    -¿Familias? En realidad, España se la reparten los ricos… Sí, familias que se pueden hacer ricas en 10 o 15 años. Evidentemente, y no me gusta utilizar esta palabra, hay una casta financiera, y que no son precisamente estos últimos que salen en los escándalos o se dedican a decir tonterías…

    -¿Y por qué no sale otra gente en este país a decir cosas inteligentes?


    -Porque la gente que es interesante, que sabe y puede, no quiere saber nada de esto. Están en su trabajo, en el mundo financiero y en otros. Hay mucha gente que yo conozco que ha dimitido de hablar, para no caer en ese contagio, porque la vulgaridad es tan grande hoy día que da pena.

    -Usted puede hablar de esto, puesto que vivió y contó la Transición.

    -Tuve esa suerte. Pude entrar en Informaciones en un momento clave. Mira, tengo una tertulia en el Bar Manolo de Madrid, y muchas veces comento a mis compañeros aquel día de junio del 77 que Alfonso Guerra llegó al Congreso para inscribir al Partido Socialista, y yo le pregunté qué le parecía el nombramiento de Hernández Gil como presidente de las Cortes, y me contestó "otro fascista más". Los socialistas estaban en una posición como está ahora Podemos, y al cabo del tiempo resulta que Guerra fue el interlocutor del PS con la Iglesia católica, por ejemplo. Esa era la Transición.

    -¿Y se imaginaba que desembocaríamos en esto?


    -Esto es terrible. Se han perdido los grandes referentes históricos. Hasta el propio nacionalismo que está en estos momentos enemistado con el resto de España, más bien agresivo, ha perdido su referente histórico, que era Jordi Pujol. Mucha gente creía en el Rey con mucha pasión y lo ha perdido después de los últimos escándalos. Hay gente que ha perdido incluso a Felipe González como referente, porque ahora está como consejero de ricos por ahí… Personas que en su día fueron importantes. El único que no cayó fue Adolfo Suárez, que si no hubiera tenido alzhéimer habría seguido siendo un referente, porque al parecer fue un hombre justo y honesto, pero los demás…

    -¿Estos males no vendrán de que la Transición no se hizo todo lo bien que se dice?


    -No. La Transición no se hizo mal. Eso sí, creo que no se ha cuidado, no se ha conservado y no ha evolucionado porque no han querido que lo haga. Fue un modelo, para mí lo más hermoso que he vivido en política. Me ha tocado una época interesante, como a muchos les tocó la República o la Restauración. El tema es que la hemos abandonado, y la propia democracia también se ha abandonado, y se ha llegado al acuerdo fácil en vez de al consenso profundo. Y además te voy a decir una cosa: aquí ha habido un reparto de puestos remunerados públicos y próximos, en las cajas de ahorros entre partidos y sindicatos. Ha sido una vergüenza. Yo viví la etapa de Beneroso y Benjumea en Sevilla, que ya entonces… lo pagaba el banco. Entonces yo creo que hay una putrefacción, una parte podrida, pero no toda la sociedad, que es trabajadora…

    -Ya, sin duda es así, pero en lo que hace a la estructura del país, las instituciones...

    -Están muy tocadas. Ha habido un manejo desafortunado e indeseable de los fondos públicos. Es terrible.

    -¿Como para requerir una especie de nueva transición?

    -No tanto, pero te digo una cosa. Hay que ser comprensivo con ese grito que hay en la calle, llámese Podemos o como sea. Puedes estar en desacuerdo, como yo lo estaba en los 70 con la Liga Comunista Revolucionaria y otros grupos intransigentes, pero si no hay un grito en la calle las cosas no cambian. Hay que empujar, esa es la palabra. Ya el tiempo dirá, pero ahí se está creando una nueva fuerza que demanda y quiere cambiar este país. Y van a tener los votos.

    -Volvamos de nuevo la vista atrás para comparar.  ¿Hay algún político en la actualidad que pueda ejercer un liderazgo como esos que nombraba antes?


    -No.  No hay ninguno.  Mira el otro día Pedro Sánchez diciendo que sobra el Ministerio de Defensa en este país… Precisamente al colectivo que más integridad está demostrando en los últimos tiempos, que son las Fuerzas Armadas, y no lo digo yo, lo dicen las encuestas. Decir eso me pareció de una frivolidad tan grande… Pero ya llegará, si llega, el momento en que Pedro Sánchez tenga que presidir el desfile del Día de las Fuerzas Armadas.

    -Parece que a los gobernantes les ha dado por atacar a sus funcionarios.


    -Volveré a utilizar el término, a mi pesar: hay una casta de indeseables en este país. Y no de un color o de otro. Porque están esas declaraciones insistentes del consejero de Sanidad de Madrid con una mujer en el estado en que se encontraba, la ministra de Sanidad que no aparece... No veo a nadie con altura, pero tampoco en los tribunales, en las altas magistraturas. Alguien comparable al fallecido alcalde de Bilbao, Iñaki  Azkuna...

    -¿Y la prensa? Porque parece haber un consenso sobre que en la Transición se portó como debía...


    -Más que eso. En la Transición la prensa fue por delante, y eso ayudó mucho a los políticos a trazar el camino. Fue importantísima. No se entiende el proceso democrático sin El País, sin Cambio 16, sin los periódicos regionales… Eso fue muy bonito para la profesión y el sector

    -¿Y ahora cómo nos estamos portando?


    -Ahora, uf… voy a hacer una excepción con la prensa regional, que está por encima de todo, ha sabido resistir, está en los sitios y sigue siendo cercana a los ciudadanos, pero la prensa nacional está desgastada, en manos de los bancos, o de fondos de capital riesgo que es peor todavía. Mal.

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