La legislatura 'negra' de la sanidad pública: así cayó la ‘joya de la corona' de Susana Díaz
Andalucía, la comunidad que menos gasta en sanidad por habitante. El aumento de las listas de espera y la falta de medios en atención primaria y urgencias lastran el sistema
AUTOR
TIEMPO DE LECTURA9 min
Antonia ya ha cumplido 67 y lleva tres años esperando cita para el especialista. Le tienen que hacer un ecografia y punzarle en el cuello para ver cómo evoluciona su problema de tiroides. El médico de cabecera se lo recordaba cada vez que iba por consulta. Al facultativo le ha dado tiempo hasta de jubilarse. Llevaba más de 30 años atendiendo a pacientes como Antonio en el centro de salud de un barrio popular de Málaga.
Tres años también es el tiempo que Antonia lleva esperando una llamada del SAS (Servicio Andaluz de Salud) para poder ir a rehablitación. Antonia no ha jugado nunca al tenis, pero padece epicondilitis, el síndrome del tenista. "Desde que tenía 17 años está fregando casas", cuenta su hijo a El Confidencial. Ella, votante socialista por tradición familiar y viuda desde hace más de cinco años, no se resigna a la situación. Sabe que algo está funcionando mal en el sistema sanitario andaluz.
Al habla un médico de urgencias. “¿La “joya de la corona?” Nunca fue más que un eslogan propagandístico de la Junta. La calidad del sistema sanitario público español siempre gozó de una más que aceptable reputación comparada con las otros del mundo occidental, y en este contexto hay que valorar la sanidad andaluza”.
Continúa Héctor Muñoz con su explicación: Con “la joya”, apunta, “la Junta quiere diferenciarse en aspectos puntuales como la política de trasplantes, las técnicas quirúrgicas espectaculares o el proceso de reasignación de sexo. Este último, por cierto, ha experimentado graves retrocesos”, subraya a El Confidencial.
Los éxitos
Conviene resaltar que estos logros, aunque en menor medida, como resalta facultativo del hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya), siguen existiendo. Es el caso, por ejemplo, del banco de cordón umbilical de Málaga, el tercero más grande del mundo. Se trata de un centro de referencia internacional acreditado. Creado en 1995, alberga 29.000 unidades conservadas a una temperatura de -196 grados centígrados.
O cómo, en Málaga capital, se desarrolló con éxito en 2015 una operación de tumor cerebral a ritmo de saxo. Este equipo, integrado por 16 profesionales sanitarios, no utilizó anestesia general. Ganó una Medalla de Andalucía. También sobresale el equipo de Guillermo Antiñolo del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Antiñolo es el capitán del ‘dream team’ de la sanidad que rastrea los genes de los andaluces. Lidera un proyecto pionero en medicina genómica y personalizada que permitirá detectar enfermedades raras.
Juntos a estos mimbres, sin duda positivos, esta legislatura se ha convertido para Susana Díaz en un auténtico ‘agujero negro’. El principal enemigo viene de Andalucía Oriental. Es de Granada. Al igual que Muñoz, es médico de urgencias. Se llama Jesús Candel y responde al nombre de ‘Spiriman’. Manifestaciones multitudinarias que consiguieron cambiar el plan de fusión de dos hospitales en la ciudad nazarí y provocó la dimisión del consejero de Salud.
El factor ‘Spiriman’ ha tenido un indudable efecto mediático. También el rechazo a los recortes (7.500 profesionales menos en los últimos años) se ha propagado por el resto de las provincias andaluzas. Sin salir de Granada, Pablo Simón, de 53 años, criado en Galicia, estudió Medicina en Santiago. Fue médico de familia en Madrid y trabajó en el hospital Ramón y Cajal. Ex profesor de la escuela de salud pública de Granada, en esta ciudad ha vuelto a ejercer en la atención primaria.
"Te voy a pegar dos tiros"
Simón fue víctima el 1 de agosto de 2017 de una agresión por parte de un enfermo. Le amenazó y le dijo que iba a pegar “dos tiros”. “Eso no lo puedo tolerar”, subraya, aunque también matiza que las agresiones conviene analizarlas “en perspectiva” y que son consecuencias del aumento de la desigualdad y la precariedad laboral. “El crecimiento del estrés social y las tasas de pobreza son escandalosas. En Granada la tasa de paro es del 25%”, recuerda. Y añade: “Nuestra sensación de desprotección ante estos ataques es terrible”.
Este médico, tras subrayar que es Adelante Andalucía quien más se acerca a las reivindicaciones para mejorar al colectivo, considera que el desplazamiento de la medicina pública al seguro privado forma parte de “la construcción de la salud como bien de consumo y negocio”. “Está triunfando”, asegura, “un modelo ‘hospitalocéntrico’ basado en la tecnología y en el uso de fármacos que se venden como grandes avances. Esto interesa a los sistemas privados que necesitan enfermos para rentabilizar sus inversiones”.
Junto a las urgencias, la atención primaria ha sido la principal damnificada de la política sanitaria del SAS (Sistema Andaluz de Salud) de la Junta, lastrada por errores como el plan del verano de 2017: atender a un paciente cada minuto. Los 60 segundos de asistencia clínica se concentran de lunes a viernes, desde las 15:00 a las 20:00 desde el pasado lunes hasta el 15 de septiembre.
Era la primera vez que el SAS implantaba esta medida, en la que se especificaba que en los centros en los que hubiera dos profesionales se pasaría consulta “sobre una misma agenda”. “Hasta ahora, las órdenes se comunicaban de forma verbal”, según expresaron fuentes sanitarias. La Junta rectificó tras publicar El Confidencial esta información.
En los últimos 15 años las plantillas de atención primaria (envejecidas, con escasos médicos de menos de 50 años) han estado congeladas
Antonio Ortega, de 57 años, es portavoz de la plataforma ‘¡Basta ya!” de Huelva. Como el SAS no sustituye ni las bajas ni las vacaciones, compensa a los sanitarios con días libres. “Al final se te acumulan dos meses sin trabajar y cuando llegas tienes mucho trabajo acumulado”, asegura Ortega. En los últimos 15 años las plantillas de atención primaria (envejecidas, con escasos médicos de menos de 50 años y la mayoría de más de 60) han estado congeladas mientras que los cupos han crecido un 15%. También se ha paralizado la dotación presupuestaria tanto en medicina como enfermería.
Este movimiento de los médicos de atención primaria ha costado que se movilizara en Sevilla. Diseñaron una acción “vistosa y visible”, según Ortega. Y esa acción la desarrollaron la semana pasada rodeando con una sábana blanca la Torre del Oro. Aunque en la capital los cupos médicos están sobredimensionados, el auge de la medicina privada se nota de manera especial. “Los pacientes no van tanto al médico de familia”, admite Ortega, que remarca: “Yo era de los que creía en el sistema y nos hemos dado cuenta de que no”.
"Ya está bien de 'cacharritos'"
En este claro deterioro de los recursos públicos sanitarios andaluces, la Junta reacciona con medidas que los profesionales consideran innecesarias. En un centro de salud de Huelva capital acaban de recibir el segundo ecógrafo y ahora un retinógrafo. “Ya está bien de cacharritos. Esta respuesta a nuestros problemas es absurda. Así no. El SAS lo soluciona todo con un aparatito. Lo que pedimos es tiempo para escuchar a los pacientes, razonar con ellos los problemas, realizar un diagnóstico orientativo y acompañarlos de una forma humana y digna”.
Héctor Muñoz da cuenta de otros factores que explica la frustración sanitaria. A saber: el fracaso de las unidades de gestión clínica (UGC), que han convertido el sistema “en un reino de taifas", junto al "deterioro de la docencia que tiene dos patas fundamentales: el poco respeto a la experiencia de los que podemos enseñar con garantías y la pésima actitud de los que tienen mucho que aprender”.
¿Algunos remedios para mejorar la situación? “El sistema MIR necesita una monitorización y un control eficaz de los futuros especialistas mediante pruebas de continuidad, tanto de aptitud como de actitud. El hospital regional de Málaga merece ser sancionado con, al menos, un año sin residentes”, apunta este médico de urgencias.
Otra idea de Muñoz: “Reestructurar —y si me apuras, abolir— las UGC”. Y es que el prototipo de paciente actual suele ser un enfermo de avanzada edad, pluripatológico, multimedicado e instrumentalizado (stents, catéteres, prótesis, etc.). “Son casos de extrema complejidad que las UGC no desean porque rompen sus estadísticas, sobre todo las de tiempo de estancia hospitalaria cuando ingresan. Se convierten en ‘patatas calientes’ que nadie quiere. Si económicamente son un lastre para el sistema, humanamente suponen, en mi humilde opinión, una vergüenza para “la joya de la corona”.
Las listas de espera para ver a especialistas, las pruebas de imagen e intervenciones quirúrgicas constituyen un problema crucial
La necesidad de la educación sanitaria de la población también es un debate a tener en cuenta. “Los políticos prometen a voces lo que saben que solo es posible si los profesionales lo aguantan a sus espaldas. Y, para mayor escarnio, se les ningunea sin pudor. Mientras ocurra esto, los usuarios seguirán pensando que la sanidad pública tiene tarifa plana”.
Las listas de espera para ver los especialistas (han aumentado en diez días en los últimos años), pruebas de imagen e intervenciones quirúrgicas constituyen un problema crucial en la sanidad andaluza. El PP propone que nadie espere más de 60 días para operarse ni más de 15 para consultas externas. En el caso de la atención oncológica, plantean un plan para que en 30 días el paciente esté diagnosticado y tratado.
Andalucía es la comunidad con menos gasto sanitario por habitantes: 1.110 euros. Es la segunda regióin con más más lista de espera: 67.585 paciente en espera quirúrgica. En consultas, es la cuarta, con 222.531 pacientes. La espera media es de de 56 días. Adelante Adelancía planteó en el debate en Canal Sur del pasado lunes volver en sanidad a los niveles de gasto de inversión de 2010.
Trasvase a la privada
La Junta de Andalucía aprobó en 2001 un decreto pionero que garantiza los tiempos máximos de espera en la atención del especialista o quirúrgica en 120 o 140 días según las especialidades. El SAS no admite esos incumplimientos y la sanidad andaluza defiende que suele derivar a la privada, mediante conciertos, en el momento en el que está a punto de vulnerarse el derecho del paciente, como publicó El Confidencial en 2016.
Javier del Boz, que se acaba de jubilar del servicio de traumatología del Virgen del Rocío y ahora continúa activo en la sanidad privada, lamenta la demora que sufren los enfermos. “Esto cada vez está peor. Las listas de espera están maquilladas, no se ajustan a la realidad. En neurocirugía es tremendo: se tarda más de un año en ver al especialista. Si llega el paciente diagnosticado, como pasa tanto tiempo, muchas veces, hay que volver a realizar nuevas pruebas. Con una hernia de disco para cirugía totalmente clara un paciente puede tardar dos años en operarse. A mí eso me parece demencial”. O tres años, como los que lleva esperando Antonia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario