Saber cuántos clientes habrán pasado por Francisco La Fontanilla en estos 50 años, es difícil. Muchos de ellos convertidos en fijos, en amigos, casi en familia, volviendo año tras año. Este restaurante con alma de chiringuito obtuvo la licencia de apertura en 1967, y con esa excusa, más de 200 de esos amigos y profesionales del sector se reunieron en Conil para celebrarlo y homenajear a sus fundadores Francisco Alba y su esposa Antonia Rubio, ya fallecida.
El acto contó con la intervención de Bartolo Alba, uno de los cuatro hijos de Francisco y Antonia, que es ahora el timón de La Fontanilla. En sus palabras, quiso desvelar que el aniversario era en realidad una excusa para sorprender a su padre, y reconocerle como trabajador incansable. “Cincuenta años en hostelería son muchos trabajando por y para el público”. No se olvidó de los padres de otros hosteleros, que han puesto en ese mismo camino a las generaciones que actualmente están al frente de muchos negocios. Emocionado recordó a Antonia Rubio, fallecida hacía ayer ocho años, el pilar de la cocina tradicional y marinera de Francisco La Fontanilla desde sus comienzos. Tampoco olvidó a todos los profesionales que trabajan y han trabajado con ellos como parte del éxito del restaurante.
También con motivo del aniversario, se presentó el libro ‘Raíces de Sal’, escrito por el periodista Juan Manuel Reina y diseñado por la agencia Mesa 12. En él se resume la trayectoria del restaurante, paralelamente al de sus protagonistas, la familia Alba. Su filosofía de amor por el producto, su evolución, recetas emblemáticas y su entorno -Conil, la huerta y el mar- que ha forjado la personalidad de la cocina de Francisco La Fontanilla, en definitiva, “su esencia” está reflejada en el libro. El autor presentó la obra como un motivo para “contar los orígenes de esa gastronomía que hoy todo el mundo celebra, pero que tiene unas raíces”. Recordó la transformación que ha sufrido Conil a nivel turístico y la importancia de los hosteleros que, como Francisco Alba abrieron camino en el litoral gaditano: “Esta es una de las familias que apostó por el producto, por lo que nadie había apostado antes”.
Tras las intervenciones proyectaron un vídeo con fotografías en la que se mostraba a la familia Alba en el negocio familiar, junto a sus empleados, en el día a día. Una trayectoria que comenzó con chiringuito destinado a dar de comer a los marineros de la playa de La Fontanilla, que allí mismo vendían sus capturas. Del mar surgen recetas como la urta al horno, el guiso de chocos o al atún encebollado. El atún rojo ha estado siempre presente en la carta de Francisco La Fontanilla, mucho antes de que se convirtieran en el apreciado producto de la gastronomía gaditana que es hoy.
Bartolo representa la segunda generación a cargo del restaurante y parece que habrá una tercera. El futuro es siempre incierto, pero hoy Francisco La Fontanilla es un referente en la gastronomía de Conil. Los turistas van y regresan año tras año buscando el producto y también ese trato especial, cálido como el clima, con el que siempre recibe a sus clientes la familia Alba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario