Cuando la verdad ofende al PSOE
DAVID CASTRO
Rufián durante su intervención en el debate de investidura de Rajoy.
He querido que pasen unos días, recapacitar y analizar lo que dijo Gabriel Rufián en su discurso en el Parlamento. Y la verdad es que no encuentro nada falso en todo lo que dijo, y ofensivo tampoco.
Encuentro como única palabra digamos que fuerte la de 'traidor', que el diccionario define como "sujeto que comete falta quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener".
¿Y es que no es verdad, que se traicionó a las bases y a millones de votantes al no consultarles sobre la acción a tomar? ¿Y que esta se tomó entre un grupo de 'amiguetes' capitaneados por Susana Díaz, obviando a sus militantes y simpatizantes? ¿Y que de este modo, un partido que se autodefine de izquierdas, facilitó un gobierno de derechas?
Las siguientes preguntas dentro del discurso no reflejan sino la realidad de este gran partido que fue y que se ha apoltronado, como dice muy bien Rufián, en los consejos de administración. ¿Y no es verdad que apoyaron a un partido que encabeza el ránking de juicios pendientes por corrupción? El resto del discurso de Rufián continuaba con una serie de preguntas directas y ciertas.
Al final, sus señorías del PSOE se ofendieron, y su portavoz comentó: "La gente de este partido ha luchado y se ha dejado la vida por el bien del pueblo y de su gente". ¿Para esto, señor Hernando? En ese momento, la bancada de PP, Ciudadanos y el PSOE en pie aplaudieron. Dios los cría y ellos se juntan.
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