El papa Francisco criticó este viernes a quienes desprecian a las empleadas del hogar, no les pagan el salario justo o les dan las vacaciones que les corresponden, y pidió una reflexión general para analizar cómo la sociedad trata a estas personas.
"Pienso en tantas empleadas del hogar que ganan el pan con su trabajo: humilladas, despreciadas", lamentó Francisco en la homilía que pronunció esta mañana en la misa matutina que celebra diariamente en su residencia, la Casa Santa Marta.
La anécdota que le marcó
Jorge Bergoglio contó una anécdota de cuando era niño y dijo recordar cómo en la casa de un amigo suyo vio en una ocasión a la madre de este abofetear a la mujer que limpiaba la casa.
"No he olvidado eso", subrayó, al tiempo que pidió una reflexión sobre el trato que se les da a estas personas.
"(Alguien puede decir) No padre, yo nunca les he abofeteado. ¿Pero cómo la tratas (a tu empleada doméstica)? ¿Le pagas lo justo, le das las vacaciones pertinentes, es una persona o un animal la que te ayuda en casa?, cuestionó.
En esta línea, pidió "pensar" en el comportamiento que cada uno tiene con estas personas en casas e instituciones donde trabajan a diario y advirtió sobre la necesidad de mostrar coherencia cristiana y comportarse bien con los demás.
"No se puede por un lado hablar con Dios y, por otro, hablar con el diablo", advirtió.
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