Entrevista | Alfonso Rodríguez Gómez de Celis
Gómez de Celis: "Haremos todo lo posible para que Rajoy dure lo menos posible"
El próximo secretario de Relaciones Institucionales y número 3 del
PSOE , Alfonso Rodríguez Gómez de Celis sostiene que los socialistas
deben "entrar en clave de salvación nacional con respecto al PP"
"Ganar las primarias ha sido un momento irrepetible, hasta que alcancemos el Gobierno de España para salvar a los ciudadanos de Mariano Rajoy", afirma el hombre de Sánchez en Andalucía
"No va a haber dirigente capaz de parar ningún impulso de la militancia en el sentido que sea", insiste en relación al nuevo tiempo en el partido
"Los equipos tienen que estar cohesionados, aunque estén integrados por compañeros que no hayan apoyado a Pedro Sánchez"
"Ganar las primarias ha sido un momento irrepetible, hasta que alcancemos el Gobierno de España para salvar a los ciudadanos de Mariano Rajoy", afirma el hombre de Sánchez en Andalucía
"No va a haber dirigente capaz de parar ningún impulso de la militancia en el sentido que sea", insiste en relación al nuevo tiempo en el partido
"Los equipos tienen que estar cohesionados, aunque estén integrados por compañeros que no hayan apoyado a Pedro Sánchez"
Propuesto como número tres del PSOE,
secretario de Relaciones Institucionales, Alfonso Rodríguez Gómez de
Celis (Sevilla, 1970) vive su momento más dulce en política tras haber
apostado por un Pedro Sánchez que parecía tenerlo todo en contra para
ganar las primarias de su partido. Si en 2014 Pedro Sánchez no contó con
él para su Ejecutiva (algunas fuentes dicen que porque Susana Díaz se
negó en rotundo), esta vez el líder ha saldado su deuda con uno de sus
más fieles. Concede la primera entrevista en Sevilla después de
conocerse su nombramiento.
¿Completa este cargo sus expectativas en la nueva ejecutiva?
Me siento muy honrado. Entre otras cosas porque se me
vino a la cabeza Alfonso Perales, que para mí es el referente del PSOE
que mejor papel ha desempeñado en la secretaría de Política
Institucional en la historia reciente del partido. Me recordó las tantas
veces que me reuní con él en Ferraz. También se me ha venido toda la
responsabilidad encima que conlleva una secretaría que ha tenido a gente
de tanto peso como él, o personalmente, a quien respeto tanto como
Carmen Hermosín.
¿Cuáles son sus prioridades con este cargo?
Dependerán de lo que determine el congreso porque el PSOE no son
sólo personas. El congreso nos dirá qué tiene que hacer la dirección.
También dependerá de lo que el secretario general vaya determinando. Con
esas dos variables, es donde el resto del equipo tendremos que ir
moviéndonos.
Pero usted tendrá unos objetivos...
No hemos profundizado en ello.
En la nueva estructura del partido, ¿se recuperará la vicesecretaría?
No tengo ni idea ni voy a opinar de ello.
¿Va a costar mucho decidir la portavocía en el Congreso de los
Diputados teniendo en cuenta las heridas por cicatrizar que todavía
quedan en el grupo?
Las divisiones se zanjan
en el momento en que los militantes han hablado. Una vez que de manera
tan clara se han manifestado, es evidente que sólo hay un grupo y sólo
un partido. Sea quien sea el portavoz o la portavoz, estoy seguro de que
el grupo lo va a aceptar de buen grado como ha sido siempre.
Se le reprochó a Pedro Sánchez en su pasado mandato que no dialogaba
con los barones, y que fue una de las razones de ver minado su poder.
¿Qué papel tiene usted para que eso no vuelva a producirse?
Tenemos que poner todos de nuestra parte. Como con las manifestaciones
del presidente de la Diputación de Sevilla [Fernando Rodríguez
Villalobos] cuando se conoció la propuesta para mí, lo que además de
agradecérselo creo que ejemplifica que estamos en una nueva línea.
Patxi López no ha contestado todavía a la oferta de Pedro Sánchez para
entrar en su ejecutiva. ¿Hay más nombres sobre la mesa para integrar a
gente que no apoyó a Pedro Sánchez?
El
secretario general está construyendo un equipo cohesionado. En cuanto a
los compañeros que apoyaron otras candidaturas, creo que en la dinámica y
en los órganos de representación del partido se irá fraguando lo que
entendemos por unidad, que no es uniformidad. En el PSOE nunca lo ha
sido. Hay un secretario general respaldado por más del 50% de la
militancia, porcentajes que no se daban desde los tiempos prácticamente
de Felipe González. Todo el mundo ha entendido que los equipos tienen
que ser cohesionados, aunque puedan estar integrados por compañeros que
hayan o no apoyado la candidatura de Pedro Sánchez.
¿Pero usted cree que debería incluir a personas de otras sensibilidades en su ejecutiva?
Esa competencia es exclusiva del secretario general. Lo que él haga me
va a parecer bien. Estimo que habrá compañeros que hayan apoyado a uno y
otro candidato, pero bueno, no lo sé. Todos, desde Susana Díaz hasta
los demás, pasando por mí, aceptaremos lo que él proponga. Por tanto,
creo que lo hará bien. Estoy seguro de que él ha escuchado a mucha
gente, pero es quien tiene la responsabilidad de hacer una propuesta
para el congreso. Y es la que está elaborando estos días.
Insistimos, en ese ánimo de tender puentes en un partido que se ha roto por la mitad ¿habrá integración en la nueva ejecutiva?
Yo no puedo contestar a eso porque no lo sé. La única conversación que
he mantenido con él en relación a la ejecutiva es cuando me comunicó lo
que me proponía. Punto. De hecho, ni he preguntado por nada más. Son
cosas muy delicadas de llevar y por tanto, cuanto menos se sepa, mejor.
Ya que habla de Susana Díaz, hay un pacto de no agresión entre la
presidenta de la Junta de Andalucía y el nuevo líder del PSOE. ¿Supone
eso que definitivamente no propondrán un candidato que le haga frente
en el congreso del PSOE de Andalucía?
Eso
no lo he escuchado. Lo que creo es que estamos en un periodo distinto y
mañana cualquier compañero podría presentarse. Nadie podrá decir a
alguien que no lo haga. Esto ha cambiado. No lo sé si habrá o no
candidaturas alternativas.
Según su planteamiento, tampoco podrán pedir una integración en la
futura ejecutiva del PSOE-A si ganara Susana Díaz. Sí lo hicieron para
los delegados del congreso, basándose en que es un órgano de
representación, ¿no?
Yo he dicho que es
responsabilidad de Pedro Sánchez conformar su equipo. Cambiamos "Pedro
Sánchez" por "Susana Díaz" o el o la secretaria general del PSOE andaluz
electa, y aplico lo mismo. Por tanto la persona que salga del proceso
de primarias en Andalucía creo que debería hacer algo parecido.
¿Cree que para el PSOE es mejor una Susana Díaz fuerte en Andalucía como han dicho otros compañeros?
Claro que a todos los socialistas de España nos conviene que la Junta
de Andalucía esté fuerte y que la presidenta esté consolidada y apoyada.
Nos conviene un Gobierno de Andalucía fuerte, comoparece que hay tras
los recientes cambios, con una amplia remodelación y destinado en un
100% a los problemas de los andaluces, que desgraciadamente son todavía
muchos.
¿Cómo se hace para que
el mensaje de unidad no se quede sólo en la cúpula? ¿La militancia ha
asimilado ya la necesidad de rebajar la tensión?
Todavía todos tenemos que asumir que las cosas son distintas. La cúpula
no determina lo que tiene que hacer la base. Es al revés. Esto ha
cambiado. No va a haber dirigente capaz de parar ningún impulso de la
militancia en el sentido que sea y habrá que asumirlo y respetarlo para
adecuarlo a lo que nuestras normas determinan. Por mucho que queramos
que haya o no candidaturas, la gente puede opinar otra cosa, y hay que
respetar plenamente lo que la militancia diga.
Dicen que la socialdemocracia no está en crisis, sino los partidos.
¿Cómo se logra que ese 50% de apoyo a Pedro Sánchez en las primarias sea
luego traducido en resultados en unas elecciones generales?
Creo efectivamente que los principios socialdemócratas de igualdad,
justicia social, defensa del estado de bienestar o los pilares básicos
como el feminismo o el ecologismo son compartidos muy mayoritariamente.
El problema de los partidos es la credibilidad entre lo que dicen en la
campaña y lo que hacen tras conseguir los gobiernos. En las clases más
desfavorecidas, donde especialmente ha golpeado la crisis, esto ha
tenido consecuencias. Esto explica también por qué Pedro Sánchez era la
opción de la mayoría de los progresistas: estaba dotado de credibilidad.
No sólo dijo que había que votar que no a la derecha. Votó no a la
derecha.
Ha sido un proceso de reflexión evidente. Pero lo ha explicado él
mismo. Cuando de verdad, además de las palabras, él lo dejó todo,
yéndose a su casa y empezando de cero y cogiendo el coche para patearse
España, sus palabras se igualaron a sus hechos. Lo dotaron de una nueva
credibilidad que hizo posible, además de un proyecto muy participado y
plural, que la conjunción de elementos mostrara que tengamos la
esperanza no ya de ir a mejor, sino de ganar las elecciones
generales. Yo le propuse que no se fuera del Congreso de los Diputados.
Él tomó la decisión de hacerlo y ahora creo que fue acertada. El tiempo
le ha dado la razón. El que estaba equivocado era yo.
¿Ha pasado también usted ese proceso de reflexión?
Hubo un momento en que él reflexionó sobre si se presentaba o no. Ese
momento nos contagió a algunos. El 3 de noviembre de 2016, poco después
de su dimisión, yo era de los que con más ahínco le decía que tenía que
tirar para adelante y presentarse. Después hubo un periodo de reflexión
por su parte y por otros muchos. Pero siempre tuve claro que si él se
presentaba, estaría a su lado, como vengo haciéndolo desde 2013.
¿No le alarmó siquiera, como a otros, la entrevista con Jordi Évole por la imagen que dio Pedro Sánchez?
En esa entrevista dijo cosas que sonaban fuertes, pero el tiempo le ha
dado también la razón. Él se despegó absolutamente de muchos poderes
mediáticos, económicos... que muchas veces nos han abrazado tanto que
nos tenían atrapados. Él se zafó en esa entrevista de todos esos poderes
y eso fue también determinante para el resultado en las primarias.
Entonces no tenía nada que perder. ¿Lo mantiene ahora?
Evidentemente yo creo que sí. Los pasos que está dando son en esa línea.
¿Y qué opina de la necesidad de tender puentes con otras formaciones de la izquierda?
No sólo con las formaciones de izquierda. Principalmente con las
organizaciones sociales. O sea, nosotros creemos que hay que enlazar de
nuevo con toda la sociedad civil organizada y progresista. Es una de las
labores que queda por delante. Sindicatos, ONG, ecologistas... Hay dos
elementos que el secretario general tiene en la cabeza y que van a estar
en la cúspide de la ejecutiva y son el medioambiente y la igualdad.
Esas dos políticas serán claves en la ejecutiva y servirán para enlazar
con determinadas organizaciones a las que quizá en mucho tiempo no
hemos estado cercanos, para entablar nuevas políticas de cara a los
ciudadanos.
Pero, de cara a formar nuevos gobiernos en el futuro, ¿las fuerzas de la izquierda están condenadas a entenderse?
Es imprescindible, lógicamente, que con los primeros que hablemos sea
con los que están más cercanos ideológicamente. No es nada nuevo. Lo
hemos hecho en ciudades y comunidades autónomas. En Andalucía no se pudo
porque está el Podemos más radical de todos, con el que probablemente
haya más dificultades. Yo creo que tiene problemas hasta el propio Pablo
Iglesias con ellos, como se ha visto cuando Izquierda Anticapitalista
se descuelga con un comunicado de respaldo para el referéndum de
Cataluña. Si tienen problemas los propios de Podemos, imagínense el
resto.
El PP no quería que ganara Pedro Sánchez las primarias. Podemos parece que tampoco. ¿Comparte esto?
Hasta el 21 de mayo todas las encuestas que salieron dijeron que era el
candidato preferido por los progresistas. Esto visualizaba en nuestro
electorado que era la persona que mejor podía representar a la
socialdemocracia, a la izquierda y al PSOE. Las encuestas que han venido
después de las primarias vienen a corroborar que es el preferido como
presidente del Gobierno de España. Hay sondeos que incluso han mostrado
la paradoja de que entre los votantes de Podemos ven mejor a Pedro
Sánchez incluso que los propios del PSOE. Conecta mejor que nadie con
ese electorado progresista.
Hay
retos en los que el partido se tiene que posicionar con más
contundencia, como por ejemplo, el desafío de Cataluña. Eso exige una
firmeza que se le ha echado en cara a su líder que le faltaba e incluso
se le han reprochado "vaivenes"...
Tenemos
una posición bastante clara con un proyecto en manos de nuestros
compañeros. Necesitamos ofertar algo para que los catalanes, o una parte
muy mayoritaria de los mismos, se sientan cómodos en la construcción de
España. Se basa fundamentalmente en dos cosas. Una, entendemos que la
soberanía popular es de todo el pueblo español y que sólo existe un
Estado que es España. Dos, España puede sentirse como una nación de
naciones en la que desde el punto de vista cultural, idiomático, de
sentimientos... se sientan también integrados aquellos que entiendan que
su territorio es una nación. Creo que es perfectamente compatible.
¿La Declaración de Granada está plenamente vigente o habría que retocarla?
Está vigente, pero por encima está el congreso del fin de semana.
Determina todo, y lo que salga del congreso cae sobre lo realizado
previamente. Por aclarar: creo que está plenamente vigente y que es
compatible con lo que dice el documento presentado por Pedro Sánchez.
¿Qué cambios irrenunciables ve en la organización del PSOE?
Hay tres elementos. Primero, nunca más un pacto de gobierno decidido
por personas en un salón de Ferraz, sino por todos los militantes y en
cualquier ámbito: municipal, regional y estatal. En segundo lugar, que
nunca vuelva a producirse que un secretario general elegido por las
bases pueda ser quitado por 250 personas, sino que sean éstas las que le
retiren la legitimidad. Y habrá que ir a una conferencia de
organización en la que con más tiempo y mesura podamos realizar los
cambios orgánicos en este sentido.
¿Cómo se compagina con la democracia representativa para no caer en la podemitis que les reprochan desde cierto sector del PSOE?
Una cosa es el día a día y otra los elementos extraordinarios, como un
pacto de gobierno o quitar a un secretario general, donde deben ser
determinantes todos los militantes. No es ni nuevo. Pedro Sánchez ya lo
dijo cuando ganó por primera vez que iba a consultar a la militancia, y
de hecho, lo hizo con el pacto con C's. Lo que sí está claro es que
necesitamos un partido del siglo XXI. Si no entendemos que los cambios
en la vida hay que trasladarlos a nuestra organización, con unas
estructuras más permeables y participativas, pues no nos hemos enterado
de nada.
Se ha debatido la moción de censura contra Mariano Rajoy. ¿Ha sido coherente la posición del PSOE con el no a Mariano Rajoy?
Las mociones de censura en España son constructivas. Necesitas dos
cosas principalmente: una mayoría y un proyecto. Me gusta distinguir
entre Pablo Iglesias, Podemos y sus votantes. Pablo Iglesias anunció la
moción de censura cuando no teníamos ni líder en el PSOE. Son tiempos
que habitualmente se respetan entre los partidos. Es evidente que no lo
hizo pensando en buscar una mayoría, sino su propio protagonismo y estar
en el circo mediático permanente. Tampoco hemos conocido su proyecto
porque no se ha enviado ningún documento a las demás fuerzas.
Entendiendo que el PP y Mariano Rajoy son censurables, Pablo Iglesias no
es la persona.
Dicen en Podemos
que esta abstención no la quieren ustedes ver como un sí a Mariano
Rajoy, como cuando Pedro Sánchez se lo reprochó a sus compañeros de
filas con la investidura...
Con la
abstención a Mariano Rajoy entonces se logró su investidura, pero con
nuestro sí a Pablo Iglesias, ni él sería presidente, ni lo queremos por
supuesto, pero tampoco quitaríamos a Mariano Rajoy. Son argumentos de
primaria de política. No se puede comparar ni en el efecto que produce
la abstención ni el motivo de por qué nos abstenemos, erróneamente
entonces, y acertadamente ahora. Creemos que Mariano Rajoy es censurable
pero entendemos que Pablo Iglesias no es la persona que pueda liderar
el país en estos momentos.
¿Es Pablo Iglesias un adversario que conviene a los socialistas pero un mal posible socio?
Lo que espero es que entienda que la política no es un plató de
televisión ni la búsqueda de la portada del periódico. Eso cansa.
Nuestra intención es que saquemos la mayoría suficiente para poder
gobernar en solitario y si no, evidentemente, tendremos que sentarnos a
negociar con las fuerzas de izquierda. Insisto, es el modelo que ya se
ha visto en varias CCAA. Tenemos que entrar en clave de salvación
nacional con respecto al PP. Necesitamos conformar la mayoría amplia
para que tengamos posibilidades de quitar al PP.
¿Será una legislatura corta?
No está en nuestra mano. Haremos todo lo posible para que Mariano Rajoy dure lo menor posible.
¿Y cómo se hace eso sin una moción de censura?
Primero, con una oposición contundente. Porque las mociones de censura,
si no se tiene una mayoría y un proyecto, no se presentan. Y esa
mayoría no existe hoy día.
¿Necesita Pedro Sánchez ser senador por designación autonómica para su proyección de cara a las próximas elecciones generales?
No. No lo veo. No lo va a hacer. Su plataforma es ser líder del PSOE y es más que suficiente.
¿Han sido estas primarias el momento más estimulante de su carrera en la política?
Sin duda. Esta campaña, la ilusión que se desprendía en todos los actos
y el desborde que había a cada llamamiento que hacíamos, estar al lado
de gente enorme desde el punto de vista político... Cuando yo era niño,
algunos ya eran referentes para mí. Para cualquiera que le guste la
política ha sido un momento... No sé si irrepetible, porque espero que
haya otro que sea cuando alcancemos la presidencia del Gobierno de
España para salvar a los ciudadanos de Mariano Rajoy.
¿Tiene usted el sambenito de "eterno crítico" y "enemigo íntimo" de Susana Díaz?
Es un mantra que no responde a la realidad. Hemos coincidido en el
Ayuntamiento de Sevilla. Codo con codo literalmente porque los escaños
estaban juntos. Tuvimos una relación perfecta. Estuvimos también juntos
en el congreso del PSOE de Sevilla donde ella salió de secretaría de
Organización y yo de vicesecretario general. También en las primarias de
Pedro Sánchez de 2014. E incluso en el Gobierno de Andalucía, donde
ella me nombró director de Puertos de Andalucía. Enemigos, enemigos...
lo que pasa que hemos coincidido algunas veces y no lo hemos hecho en
otras muchas. Por principios, yo nunca he estado frente a Susana Díaz.
Por cierto, ¿dejará Puertos de Andalucía?
No tengo esa decisión tomada porque todavía no sé mis funciones en la
secretaría de Relaciones Institucionales. Lo tendré que ver en función
de qué se requiere de mí. No lo he hablado todavía.
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