El ataque talibán en Kabul se filtra en la campaña española

Los comicios del 20 de diciembre.El viernes, un atentado ante la embajada de Madrid mató a dos españoles. Y reavivó temores en España.

Juan Carlos Algañaraz
Madrid, corresponsal

El gobierno español confirmó hoy, después de mantener actitudes confusas, que el ataque taliban del viernes en Kabul tuvo como objetivo a la embajada hispana en la capital de Afganistán. “Es un ataque contra España”, admitió sin ambages el gobierno de Mariano Rajoy, quien había descartado esa alternativa. El ataque en Kabul –que mató a dos policías españoles– reflotó los temores en la sociedad sobre eventuales nuevos ataques terroristas y metió el tema de lleno en la campaña electoral para los comicios del 20 de diciembre.

En una de las zonas más seguras de Kabul, según el gobierno de ese país, un grupo de guerrilleros suicidas talibanes yihadistas hizo explotar el viernes un poderoso cochebomba que destruyó el frente de la representación española y causó grandes daños en el interior.

Eran las 17.55 hora local y varios de los atacantes entraron en la embajada española disparando ametralladoras y lanza granadas. A partir de ese momento se produjo un ataque contra un grupo de edificios, entre los que están varios de la embajada y otros que albergan huéspedes extranjeros.

El gobierno insistió en que los propios talibanes no identifican como el blanco de su ataque a la embajada sino a la Casa de Huéspedes extranjeros vecina a la legación de Madrid. Algunos testigos directos, sin embargo, han sido categóricos: “Querían atacar también a la embajada española”.
Fuerzas especiales de Afganistán y los Estados Unidos tardaron doce horas en retomar el control del área. Dos policías españoles y dos empleados afganos de la embajada fallecieron. El primero, Jorge García Tudela, por la explosión del coche bomba y el otro, Isidro San Martín, en un tiroteo posterior con los yihadistas. Otro policía español fue herido pero se ha recuperado.

“Dos españoles han muerto y nuestros intereses han sufrido grandes daños. Es un ataque a España y contra su colaboración para apoyar la democracia en Afganistán”, dijo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Estos acontecimientos despertaron dramáticos recuerdos vinculados a la situación que se produjo en marzo de 2004, cuando la red terrorista Al Qaeda perpetró los peores atentados de la historia española y también en Europa provocando 192 muertos y más de mil heridos.

El estrago aconteció a solo cuatro días de elecciones generales para las que era favorito José María Aznar, quien atribuyó la autoría al grupo vasco ETA. Pero la policía detuvo a los autores dos días después. Era un comando de Al Qaeda que se suicidó con explosivos. Se produjeron enormes manifestaciones contra Aznar que perdió el poder y concluyó su carrera política. La situación es completamente diferente pero aquellas jornadas espantosas son imborrables.

Las emociones están a flor de piel porque en la semana final antes de los comicios del próximo domingo reina una total incertidumbre. Después de 35 años de bipartidismo dominados por los conservadores y los socialistas, ahora han surgido dos movimientos jóvenes como Ciudadanos –de centro derecha– y los “indignados” de Podemos, hacia la centroizquierda.

La disputa por el poder es entre cuatro y existe una sola certidumbre: ninguno conseguirá la mayoría absoluta de 176 diputados para formar gobierno. Se abre una etapa de negociaciones, que pueden ser muy dilatadas, hasta que se dos fuerzas o quizás tres sumen los legisladores necesarios y se pueda consagrar un nuevo ejecutivo con mandato para cuatro años.

El Partido Popular sería el más votado pero podría perder hasta 60 diputados de los 186 que ganó en 2011. Los mejores sondeos para los conservadores, hasta ahora, apenas le hacen rozar un 30% de los votos cuando necesita reunir 42% mínimo para la mayoría absoluta de 176 legisladores.