LA CARIDAD DE NUEVA RUMASA CON LAS ÓRDENES RELIGIOSAS
Legionarios, Opus Dei y Salesianos copan los donativos millonarios de la familia Ruiz-Mateos
XIII estación del víacrucis del santuario de Torreciudad (www.torreciudad.org)
La familia Ruiz-Mateos ha sabido siempre ser generosa con las prelaturas y las órdenes religiosas. En su caso, los favoritos de sus aportaciones millonarias han sido Legionarios de Cristo, Opus Dei y Salesianos. Estas contribuciones materiales a la causa de la fe corrían sin embargo a cuenta de la caja única que se administraba desde Somosaguas, el chalet familiar que servía como centro de operaciones de la red de empresas gestionadas desde Nueva Rumasa. Un tren de gastos que, según la información a la que ha tenido acceso este diario que obra en poder de la Fiscalía Anticorrupción, llegó a suponer algún año un volumen superior al millón de euros.
Después de que la histórica vinculación de la familia Ruiz Mateos con el Opus Dei quedara rota a mediados de los 80 tras la intervención de Rumasa, el clan apostó fuerte por la nueva prelatura de poder. Los Legionarios de Cristo han sido su causa benefactora más generosa, con donativos semanales de más de 12.000 euros durante años. La nueva aristocracia de los católicos, que durante los años de gobierno del Partido Popular en tiempos de José María Aznar llegó a disputar influencia y ministros al mismísimo Opus Dei, se convirtió en la favorita de Jose María Ruiz-Mateos Rivero, el hijo del clan que más cerca ha estado de este movimiento.
Nada cambió después del escándalo del padre y fundador de esta corriente, el sacerdote mexicano Marcial Maciel. El oscuro pasado puesto a la luz recientemente no alteró los principios de la familia Ruiz Mateos para dejar de considerar a los Legionarios de Cristo, con una fuerte presencia a través de su actividad docente, como su principal receptor de aportaciones económicas. Sus donativos, de 50.000 euros cada dos semanas durante los últimos años, han sido los más generosos con diferencia y tuvieron un compromiso de aportación por plazos que podría haber superado varios millones de euros, según las fuentes consultadas.
A pesar de la tormentosa relación del pasado, el Opus Dei sigue apareciendo como segundo beneficiario de la caridad de los Ruiz-Mateos. Aunque la relación con la jerarquía de este movimiento quedara rota hace años, las aportaciones de Nueva Rumasa seguían teniéndoles presentes. Y lo ha sido de distintas maneras. Una de ellas, la más antigua, tiene por objeto a una casa de retiro de supernumerarios de la Obra. Recogida en la documentación bajo el nombre de Sextante, el clan ha sufragado los gastos (más de 60.000 euros mensuales) durante años de esta casa de mujeres, a las que se unía la matriarca del clan para realizar sus ejercicios espirituales.
Otra de las vía de contribución a la causa de la Obra era a través de donativos periódicos y regulares (6.000 euros a la semana) a Torreciudad, el santuario oscense que el Opus Dei tiene tiene para su apostolado. Esta aportación es una de las más recurrentes en la documentación de la caja que se manejaba desde Somosaguas y demuestra cómo la relación de los Ruiz Mateos con esta prelatura no llegó a romperse nunca del todo, aunque de manera oficial y pública la interlocución con la cúpula quedara rota tras los ataques realizados en los años 80 a Rafael Termes y Luis Valls Taberner, responsables en distintas épocas del Banco Popular.
Dinero para todas las causas
Los canales de colaboración con el Opus Dei han sido variados. Otro de los utilizados ha tenido como receptor de su dinero al IESE, la prestigiosa escuela de negocios de la Universidad de Navarra, una de las iniciativas docentes más reconocidas de la Obra. En este sentido, las contribuciones del clan han sido intermitentes en el tiempo. Según reconocen desde la escuela de negocios, puede que la familia haya participado antiguamente en la financiación de alguna beca de investigación en concreto, pero no forma parte de su distinguido patronato, compuesto por los socios con aportación anual al centro, al que ha intentado acceder en alguna ocasión sin éxito.
Llama la atención, sin embargo, que una de las última aportaciones a esta prestigiosa institución académica tuviera lugar a finales de 2006 y durante el siguiente medio año, a razón de 30.000 euros al mes. Poco tiempo después, uno de sus afamados profesores tasó el valor de las reservas de Jerez de las bodegas de Nueva Rumasa, un argumento de autoridad que fue utilizado más tarde, a finales de 2009, para publicitar una de las primeras campaña de pagarés, una polémica fórmula de garantía de la que se desvinculó rápidamente la institución y el propio catedrático en cuestión en cuanto vieron el uso que se dio a su trabajo.
Otra de vía de aportación a causas vinculadas a gente de la órbita Opus ha tenido como puente a la Fundación Ábaco. A pesar de su reciente constitución (2005), esta entidad sin ánimo de lucro sevillana, dedicada al progreso de la educación e impulsada por el joven abogado Angel Zamora, ha contado con generosas sumas de dinero de los Ruiz-Mateos. Hasta 120.000 euros, según la documentación interna que ha manejado este diario, repartidos en donativos mensuales concentrados en los últimos años para congraciarse con una institución que reúne a la flor y nata de la aristocracia andaluza en su patronato de honor, con marquesas y duquesas varias.
El abogado motor de esta fundación, formado académicamente en instituciones de la Obra y de fuerza pujante en la capital hispalense, ha sido asesor en alguna relevante operación inmobiliaria, siendo los Ruiz Mateos la parte compradora y las hermanas Benjumea, apellido de postín en Sevilla, la parte vendedora, en este caso de una gran finca. Al final, como ocurrió a otras importantes familias, parte de su dinero quedó como inversión dentro de la estructura de pagarés que alimentaba a las empresas de Nueva Rumasa. El tentador dividendo a cobrar hizo que el dinero no saliera nunca de la malla de la familia Ruiz Mateos.
De los Salesianos al cura Castillejo
La tercera familia religiosa que más dinero ha captado del bolsillo de la abeja de Nueva Rumasa, el mismo que ahora reclaman miles de inversores y acreedores que han visto desaparecer su dinero, ha sido los Salesianos. La vinculación de la familia con esta orden tiene que ver con la implantación de la congregación religiosa creada por San Juan Bosco en la provincia de Cadiz y más en concreto en Rota, la ciudad originaria del patriarca del clan, con gran tradición en la formación profesional de jóvenes. Por este motivo, durante años, los Ruiz-Mateos han cumplido fieles a aportaciones mensuales de los antiguos millones de pesetas.
Sin tener la misma trayectoria de apostolado ni tampoco el mismo trabajo de base que los Salesianos, el dinero de los Ruiz-Mateos en ocasiones ha ido a parar a obras religiosas de otro calado. Es el caso de las aportaciones realizadas a la Fundación Miguel Castillejo, el que fuera durante más de dos décadas presidente todopoderoso de Cajasur, la entidad cordobesa que tuvo que ser rescatada por el Frob hace un par de años, que para su retirada de la caja de ahorros se preparó un retiro dorado como administrador de su propia iniciativa altruista, como tan de moda ocurre cuando una gran fortuna o un personaje ilustre quiere ejercer de benefactor.
Según la documentación interna, la obra social del cura Castillejo, como se le conoció siempre en Cordoba durante su reinado, ascendió casi al millón de euros. Lógicamente, el hecho de que las empresas de Nueva Rumasa tuvieran actividades de crédito con Cajasur no supuso un conflicto de interés para realizar estos donativos ni para recibirlos. También hubo aportaciones para otra institución cordobesa, el apellido Cruz Conde, esta vez en la figura de Fernando, vicepresidente de la entidad, aspirante a sucesor de Astillejo y vicario del cabildo catedralicio de Córdoba, que recibió alguna paga de la familia en los años de bonanza.
De las cofradías de Jerez, a hijo predilecto de Rota
La imagen devota que trataban de alimentar los Ruiz-Mateos su dinero les costaba. En esa carrera populista por ganarse la admiración de los feligreses, ante la opinión pública se mostraban como grandes empresarios creadores de empleo, el clan aportó más de 200.000 euros, por ejemplo, para las 37 cofradías de Jerez de la Frontera en el verano de 2007. Y así cuanto fuera necesario, como costear imágenes, pasos de Semana Santa o hacerse cargo de los gastos (21.000 euros) que supuso la ceremonia de nombramiento de José María Ruiz-Mateos como 'Hijo predilecto de Rota', donde ha sufragado un colegio, una residencia y una parroquia.
Y por el camino, durante los años que la estructura de Nueva Rumasa lo permitió, la familia ha contribuido a su potenciar su lado piadoso con aportaciones de lo más variopintas y oportunas, aunque en muchas ocasiones ligadas también al interés indirecto, por motivos empresariales, que podía tener el clan. Así, hubo dinero para la Parroquia de Toro, comarca donde el grupo tiene bodega de vino, para los monjes trapenses, cuyo nombre es usado para los bombones Trapa, como también lo hubo para los Carmelitas descalzos, para los Franciscanos del Santuario de la Regla, para seminaristas en formación o para la hermandad de las Tres Caídas,aunque la más sugestiva y curiosa es para la ..."la capilla de Roche y sus patrocinadores..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario