miércoles, 14 de diciembre de 2011

mujer barriendo

"Fidelidad y ternura en lo simple".

Los barcos de la línea alemana se detenían en el puerto de Vigo apuntando a llenar sus vientres de una preciosa carga humana. Los emigrantes gallegos,incansables viajeros incansables trabajadores, indestructible su ambición de mejorar, superar la condición de miseria de aquellos tiempos en variadas tierras prometidas. La nuestra, una de ellas. De esos aluviones humanos uno muy numeroso fue el de la década del 20. Ella a quien me refiero, pasado el pernocte obligatorio en el Hotel de Inmigrantes, recaló en distintas casas para servir. La conocí en una de esas, en el período de 1930 al 40. No pueda describirla, mi memoria infantil me traiciona. La veo, si, apoyada en una pared blanca, límite de un espléndido jardín, escoba en mano, charlando con la patrona.Es una sombra indefinida aunque de contornos precisos.Es su contenido en que no alcanzo a vislumbrar. Ni siquiera su voz. Solo su mágica respuesta en un gallego cerrado ¿qui di?.Los chicos, los grandes, aquellos que tuvieron la oportunidad de tratarla la rebautizaron.¿Su nombre?. No lo sé, pudo ser cualquiera,pero de allí en mas Qui di, mejor dicho el evocante la qui di. Fue de esas gallegas únicas. Amplío todas las gallegas son únicas.Puro valor, dedicación, trabajo, sacrificio y una mente extraordinariamente despierta forjada en la dureza de la vida que les tocó

Fiel, de fidelidad absoluta junto a esa, su desgraciada patrona,Cuando esta desapareció de la escena, Qui di se esfumó. Un misterio su destino. Donde habrá llevado su valiosísima personalidad, el tesón de una humanidad incomparable. Su modestia, humildad, servidumbre, hasta su analfabetismo. De prono me apareció su recuerdo.Quise evocarla con melancolía porque la asocio de alguna forma a mi infancia, aunque por momentos directamente a ella.

Son esas melancolías que sin llamarlas se hacen presentes, se materializan,se expresan y a uno le asalta de golpe no solo la evocación sino la necesidad de contárselo a alguien.Lo acabo de hacer.

Chau y hasta la próxima.



Carmiña "desembarcó" en la casa de mis padres en Buenos Aires,por allá el 45 o así,igual que esta evocacion de un amigo ,Gargiulo.
Había dejado a su familia en Cambre,sus hijos "quedaran"con su madre.
Ud. señora de Roche que las humilla a las bolivianas,ecuatorianas,chicas españolas del campo de Conil,ucranianas,filipinas,negras,o de donde vengan a servir,seguro que es hija de una española que tuvo que servir.
No sirvas a quién sirvió,decía mi padre.Se las ve y conoce los días de 35º cuando obligan a sus "chicas"a bajar a la playa con sus hijos malcriados y prepotentes,vestidas con batas,botas y toda la parafernalia de una clase social ignorante y soberbia.

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