Puente en Génova: al menos 39 muertos, siguen los esfuerzos de rescate y estalla una pelea con Benetton
El Gobierno apunta a una empresa propiedad de la célebre familia.
Al menos 39 muertos ya causó el derrumbe del puente de Génova, en el norte de Italia, mientras miembros del Gobierno responsabilizan a gestores privados.
El Ministro del Interior Matteo Salvini señaló también a la Unión Europea: cree que las disposiciones desde Bruselas para contener el déficit presupuestario socavan la seguridad del país.
La prefectura de Génova confirmó las 39 víctimas fatales, entre ellas 3 menores de 8, 12 y 13 años. En un principio se había hablado de 42, pero esa cifra no se pudo confirmar. Se estima que el número seguirá aumentando, de acuerdo con el presidente de la región Giovanni Toti tras visitar a los heridos en un hospital junto con el jefe de Gobierno Giuseppe Conte. Los trabajos de rescate continúan.
Más de 300 bomberos, voluntarios y técnicos trabajaron toda la noche del martes excavando en las gigantescas ruinas que parecen monumentos siniestros en cemento armado y hierros retorcidos, a la búsqueda de más victimas.
Bajo los más grandes restos de los 200 metros del puente Morandique se derrumbaron el martes a la mañana en medio de un vendaval yacen más personas.
Durante la noche fueron encontrados cuatro víctimas fatales más dentro de los automóviles destrozados por la caída de 45 metros al precipicio en que se convirtió el río de Polcera y sus márgenes.
Un familiar en lágrimas explicó por televisión que su hermano, la mujer y el hijo de ambos están allá abajo, aplastados por las ruinas, dentro del auto en el que viajaban a las vacaciones estivas en Cerdeña.
Este miércoles es Ferragosto en Italia. Las ferias de Augusto del imperio romano, que marcan el momento culminante del verano. Millones de personas en la península se movilizan a los centros estivos de playa y montaña.
El puente será destruido
Se informó que 450 personas han sido evacuadas de sus casas por el peligro de que los extremos del puente representan un peligrosobre las casas. Una parte de los edificios serán destruidos, lo mismo que el puente.
El puente Morandi, llamado también el puente de Brooklyn por su parecido con el original de Nueva York estaba como siempre sobrecargado de tráfico de automóviles y camiones pesados. Una estimación señalan una circulación sobre la estructura de 25 millones de vehículos, que fatigaban aún más a una obra de medio siglo que muchos genoveses llaman aún hoy el “puente enfermo”. El último cálculo es que al menos 30 autos y media docena de camiones cayeron cuando se derrumbaron los 200 metros centrales del puente de más de un kilómetro de largo.
En los hospitales curan a una veintena de heridos, seis de los cuales están graves. Hay también lesionados leves y otros que han sufrido serios traumas psíquicos, entre ellos varios vecinos, y están siendo tratados por psiquiatras y psicólogos.
El lecho del torrente y las vías férreas sobre los que cayeron los bloques del puente derrumbado estaba en la mañana del miércoles dominado por la presencia de una docena de grúas que deben remover las gigantescas ruinas a la búsqueda de más víctimas, algunas de las cuales pueden aún estar vivas.
Benetton
Las principales figuras del gobierno circulan por Génova consolando a los heridos y haciendo declaraciones de fuego contra los responsables. El ministro de Trabajo y Desarrollo Económico, líder de uno de los dos partidos populistas del nuevo gobierno, Luigi Di Maio, dijo que “los responsables tienen un nombre y un apellido y son Autopistas para Italia”. Autopistas es una sociedad controlada por Atlantis, propiedad de la familia Benetton, uno de los principales terratenientes de Argentina.
“Nos encontramos con uno de lo más importantes concesionarios europeos, que nos dice que el puente era seguro. Estas son excusas. Autopistas debía hacer una mantenimiento y no ha cumplido. Antes que nada, sus directivos deben renunciar”.
El ministro de Transportes Danilo Toninelli lanzó la hipótesis de una multa de 150 millones de euros a Autopistas. Stefano Mariglini, director de la compañía en el área de Génova aseguró que se han realizado “todas las obras de mantenimiento, incluso pruebas riflectométricas para detectar situaciones anómalas en el cemento armado. Y todas las pruebas no dieron ninguna indicación de anomalías”.
"Antes o después, el puente se vendrá abajo"
Pero el mantenimiento obligaba a gastos que con los años equivalían prácticamente al costo de la obra. En 2012, el líder de los industriales Giovanni Calvini afirmó que “antes o después el puente se vendrá abajo”.
El famoso magistrado de la Operación Manos Limpias, Antonio Di Pietro, afirmó hace unos años que “el puente Morandi no es eterno”.
La desconfianza era difusa entre los genoveses. Cuando se presentó el proyecto para hacer un viaducto que permitiría sustituir el puente o restringirlo al tráfico local, las polémicas fueron agudas. El Movimiento 5 Estrellas del comediante Beppe Grillo y Luigi Di Maio, se opusieron a realizar la “Granda”, afirmando se trataba de una obra inútil y que los temores sobre el puente eran “una fabulita”.
Toda la prensa publica este miércoles en forma destacada este serio tropezón de los “grillinos”, en primer lugar del propio fundador, que es de Génova. Beppe Grillo no habla pero Di Maio, rodeado de periodistas en la zona del desastre, acusó a los Benetton de ser responsables de no haber realizado las inversiones que debían y de organizar ahora “campañas” con la complicidad de los grandes medios de comunicación para desviar las culpas hacia el Movimiento 5 Estrellas.
La infraestructura de Italia, en problemas
Más allá de estos enfrentamientos, la realidad es que en Italia hay 45 mil infraestructuras, entre puentes, viaductos y galerías, que en parte tienen grandes problemas. Al menos 300 puentes y galerías presentan problemas del nivel 1, como los que tenía el puente derrumbado. Urge actuar porque en los últimos cinco años se han caído otros tantos puentes y la tragedia del martes podría repetirse.
El fiscal general de Génova, Franco Cozzi, declaró el miércoles que “el desastre no fue una fatalidad. No se quién es el culpable pero desde ya no se puede sostener que fue una fatalidad”. Lo mismo dijo el gran arquitecto Renzo Piano, uno de los más famosos del mundo, que vive en su ciudad, Génova. “No fue una fatalidad”.
Roma, corresponsal
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