Asamblea de Andalucía ante las próximas maniobras Trident Juncture de la OTAN.
Desde el 21 de octubre y hasta el 6 de noviembre la OTAN desplegará las maniobras Trident Juncture, en Italia, España y Portugal. Estas maniobras han sido calificadas por varias fuentes como “El mayor ejercicio de la OTAN desde la Guerra Fría”[1] y constarán de dos fases, una de puesto de mando (CPX) y otra fase real (LIVEX). Durante esta fase, según fuentes del Ministerio de Defensa del Estado Español: “Se ensayarán diferentes operaciones navales, aéreas, ofensiva terrestre, desembarcos anfibios, lanzamientos paracaidistas, acciones en ambiente urbano, intervenciones en ambiente NRQB (nuclear, radiológico, bacteriológico y químico), y actuación de fuerzas de operaciones espaciales, entre otras.”[2] En total, participarán 36.000 militares de más de 30 países, de lo que 20.000 lo harán en el Estado español. En Andalucía las maniobras se desarrollarán en el Campo de Maniobras y Tiro “Álvarez de Sotomayor” (Almería) y en el Campo de Adiestramiento Anfibio de la Sierra del Retín (Cádiz). Por otra parte, los marines estadounidenses de Morón de la Frontera participarán en las maniobras para “comprobar la interoperabilidad de las aeronaves MV-22 Osprey: despegues, aterrizajes o posibilidad de transportarlos”[3]. Estas maniobras están diseñadas en un escenario denominado SOROTAN, donde existe un conflicto entre dos países, Kamon y Lakuta, que disputan por el agua en un contexto de cambio climático y desertización. Kamon ignora el arbitraje internacional y decide invadir Lakuta para hacerse con sus presas, lo que provoca la intervención de las fuerzas de la OTAN. Preguntado por el lugar donde se ubicaría SOROTAN, el general Hans-LotharDomröse afirma que “…es algo como una parte de África”[4]
En este sentido, resulta de gran interés leer el artículo de Andreas Speck[5] sobre lo que significan estas maniobras en relación a las relaciones internacionales, y en concreto al papel que las potencias integradas en la OTAN juegan en África, en un contexto de disputa por los ingentes recursos de este continente con la República China. A nadie medianamente informado se le escapa que el despliegue militar no es la mejor estrategia para combatir el terrorismo de Boko Haram o del Estado Islámico, pero si es evidente que estas maniobras, y su impacto y efectividad mediática, sí tienen un claro destinatario: en concreto suponen una advertencia a China y a su política de neocolonización del continente, en un contexto en el que las potencias occidentales siguen siendo hegemónicas y no están dispuestas a perder su hegemonía en el control de los recursos. Pero al mismo tiempo esta visibilidad de alto impacto puede tener repercusiones sobre los territorios en los que se desarrollan las maniobras y las personas que lo habitan. Al mismo tiempo que se manda el mensaje de que la OTAN no está dispuesta a tolerar la presencia militar en China, se visibiliza cuál va a ser el lugar desde el que sus efectivos van a lanzar su, hipotética, pero plausible, ofensiva.
Es en este contexto en el que hay que entender la reciente ampliación de la base de Morón, y de nuevo, a los andaluces nos ha tocado ser los convidados de piedra en unas maniobras para las que no se nos ha consultado, no ya como ciudadanía, sino siquiera de manera institucional. Un territorio clave por su posición geográfica de frontera entre Europa y África no cuenta con elementos no ya de decisión, sino de mera consulta. Y ello pese a que el escenario que se dibuja en estas maniobras no es improbable y tendría repercusiones muy importantes sobre nuestro futuro más cercano. De hecho, ya estamos viviendo cotidianamente en nuestras costas la tragedia de la inmigración motivada por las políticas neocoloniales que son la base de la tragedia del continente africano, ahora se nos obliga a colocarnos en la primera línea de fuego en el nombre de unas políticas de defensa sobre las que no hemos tenido la menor capacidad de decisión. Esta realidad nos acerca mucho más a los países africanos que a las potencias imperialistas de las que teóricamente formamos parte, en la medida en que nos convierte en peones de un tablero de ajedrez controlado y ejecutado por intereses espurios a los del pueblo andaluz.
Por todo ello, Asamblea de Andalucía llama a los ciudadanos y ciudadanas andaluces a participar en las acciones en antimilitaristas que tendrán lugar a partir de septiembre. Nuestro futuro y nuestra dignidad como pueblo están en juego.
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