Díaz reclama a Sánchez que no vete al PP ni se rinda a Podemos

"No podemos ser ni escudo para unos ni pasarela de otros", dice la dirigente territorial

El líder socialista y la presidenta andaluza debaten el escenario tras las elecciones

Cada encuentro de Susana Díaz y Pedro Sánchez sirve para evidenciar la distancia que separa a la presidenta en funciones de Andalucía del secretario general del PSOE. Díaz fue la principal artífice del ascenso de Sánchez, pero hace meses que su confianza hacia el líder de la oposición comenzó a perder enteros. Ahora que los socialistas pueden arrebatar el poder al PP en varias autonomías mediante los pactos con otros partidos, principalmente Podemos, la líder territorial cree que el enfoque de la dirección del PSOE, proclive a sellar alianzas allá donde pueda con la fuerza que lidera Pablo Iglesias, conlleva enormes riesgos. Tras reunirse durante una hora y media con el jefe de la oposición, Díaz también se distanció de la presunta necesidad de construir un frente contra los conservadores.
La advertencia fue muy clara. "No podemos ser ni escudo frente a nadie ni una pasarela para otros", señaló en referencia al PP y a Podemos, respectivamente.
Díaz considera que el desalojo de los conservadores como fin en sí mismo puede ser contrario a los intereses generales --"a mí no me gustan los bloques frente a nadie", dijo-- y que el "pacto por el pacto" con Podemos contribuirá a que este partido continúe arrebatando votos a los socialistas. Así que pidió "mucha prudencia".
Según fuentes del socialismo andaluz, el acuerdo tiene sentido, por "regeneración", en la Comunidad Valenciana, pero no tanto en otras autonomías, como Aragón y Baleares, donde se necesitaría un tripartito, o incluso un cuatripartito, para llegar al poder. "La pluralidad que han mandatado los ciudadanos tiene que ser compatible con la estabilidad y la fortaleza de los gobiernos", argumentó.

SIN LÍNEAS ROJAS

Frente a la directriz de Sánchez, que ha dado libertad a los candidatos para sellar alianzas siempre que no sean con el PP (tampoco con Bildu), Díaz, que aún no ha sido investida como presidenta tras ganar sin mayoría absoluta los comicios andaluces de marzo, explicó que ella no se sentía sujeta a "ninguna línea roja". De cada cuatro votos logrados por el PSOE en las elecciones municipales del domingo, uno provino de Andalucía, el gran pulmón del partido, que quiere que su voz se escuche con fuerza en este momento "inédito".