sábado, 17 de marzo de 2018

MORIRÁ MATANDO Y HUNDIRÁ AL SOCIALISMO ANDALUZ QUE PERDERA LAS ELECCIONES


La herida de la discordia que desangra al PSOE

LA REINA CARAJOTE

JULIO MUÑOZEFE

FERRAZ ansiaba la foto que publicitase la unidad de todos los socialistas pero Susana Díaz -y lo que ella representa: prácticamente la última resistencia al sanchismo- ha frustrado esa pretensión. Al negarse a aparecer hoy por la Escuela de Buen Gobierno -alegando vagos problemas de agenda-, Díaz evita hacer una concesión hipócrita a las apariencias y refuerza su perfil propio. Pero el precio lo paga todo el partido, pues se perpetúa la evidencia de la brecha que divide al PSOE desde que Pedro Sánchez ganó las primarias e impulsó luego una estrategia de revanchismo orgánico, culminada en la reforma estatutaria que vació de poder al comité ejecutivo y consagró el modelo asambleario y vertical donde manda el líder en conexión directa con la militancia.
Es justo reconocer que a la cita no faltarán barones que fueron críticos con Sánchez, como Javier Lambán o Emiliano García-Page, pero el encuentro arranca lastrado de origen por la falta de unión, y por tanto sus conclusiones perderán legitimidad política. En la cronificación de esa herida tienen culpa tanta la hegemonía sanchista como el numantinismo susanista. El resultado de ese encono es que el PSOE se desfonda en todos los sondeos y se aleja del objetivo de constituirse en alternativa verosímil de Gobierno.
Tras cerrar una semana para el olvido, con intervenciones bochornosas tanto en el Pleno sobre pensiones como en el debate sobre la prisión permanente revisable, este cónclave socialista debería servir a la reflexión autocrítica, en línea con el descontento confesado ayer allí por Javier Solana. Porque de la autocrítica se puede extraer un bálsamo reparador y una estrategia corregida de futuro. De los esfuerzos impostados sólo se extrae propaganda de consolación.

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