Susana Díaz deja en paz a la perdiz
La presidenta de la Junta de Andalucía está en un tris de anunciar que quiere liderar el PSOE federal
Entre el 10 de junio de 2014 y el 22 del presente mes de noviembre pasamos de saber que «Susana Díaz renuncia a liderar el PSOE», a leer que «Díaz prepara su candidatura para liderar el PSOE». Da la impresión, ahora sí, de que la presidenta de la Junta está cansada de bailar la yenka, que ya ha terminado de deshojar la margarita y pensará que va siendo hora de dejar tranquila a la perdiz después de tanto mareo.
El primer titular de Prensa se imprimió tras el anuncio de la marcha del entonces secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, después del batacazo socialista en las elecciones europeas. Entonces la voluntad de la presidenta de la Junta era dedicarse preferentemente a sus tareas de gobierno en Andalucía. Ahora, Susana Díaz sí ve compatible mantener las dos responsabilidades, la orgánica y la institucional.
En estos 28 meses ha habido acontecimientos que sin duda han influido en este cambio. El principal, la dimisión de Pedro Sánchez el 1 de octubre como secretario general del PSOE tras perder una votación del Comité Federal a mano alzada por 132 votos en contra y 107 a favor, sobre la celebración de primarias y un Congreso Extraordinario. La consecuencia fue la formación de una gestora controlada por personas de confianza de la mandataria andaluza. Y otro factor determinante, el que al final los diputados socialistas se abstuvieran mayoritariamente en las Cortes para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Decisión en la que sin duda en mucho se debe a la tesis mantenida por Susana Díaz.
En las últimas semanas la presidenta de la Junta ha ido ganando adeptos a su causa. Basten unos pocos ejemplos para no cansar. El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, le ha expresado su apoyo incondicional si finalmente decide dar el paso definitivo. Soraya Rodríguez, exportavoz del PSOE en el Congreso, ha dicho que «Susana Díaz tiene capacidad y fortaleza para liderar el PSOE». Y Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, no ha ocultado su preferencia por Susana Díaz para que comande el PSOE a nivel federal. «Es un valor importantísimo para este partido», dijo. Item más. La visita días atrás del secretario general del Partido Socialista de Cataluña, Miquel Iceta, a la lideresa andaluza en Sevilla, ha sido interpretado como un respaldo a las supuestas pretensiones de Díaz. Lo que no necesita interpretación es lo que dijo este fin de semana en Umbrete el presidente de Aragón y secretario regional del PSOE, Javier Lambán: que Susana Díaz acabará mandando.
Y para ello no descansa. Anteriormente la presidenta había sido noticia por su viaje a Bruselas, en un intento de profundizar en su campaña de imagen ante un más que previsible anuncio de dar definitivamente el salto a la política nacional.
La agenda
Se reunió con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, con miembros del Colegio de Comisarios de la Comisión Europea. También mantuvo un encuentro con Gianni Pittella, presidente del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, que presentó a Susana Díaz en la intervención que hizo ante los diputados socialistas en la Eurocámara. Todo un plantel para incluir en su ya abultado álbum de fotos con personalidades.
Porque desde que ocupa el despacho del Palacio de San Telmo se ha codeado también con algunas de las figuras más importantes del empresariado español. El fallecido Emilio Botín, presidente del Banco de Santander; su hija, Ana Patricia; César Alierta, de Telefónica; Isidro Fainé, de Caixabank; Borja Prado, de Endesa. Y hasta Marta Ortega y Flora Pérez, la hija y la esposa de Amancio Ortega, el empresario gallego propietario del emporio de Zara, han posado flanqueando a la presidenta de la Junta con motivo de un convenio para que la Fundación Amancio Ortega financiara la compra de tecnología sanitaria.
Y cuentan las crónicas que ha sido Felipe González el que en algún que otro caso intervino como introductor de embajadores entre estas altas personalidades y Susana Díaz. Pero ¡ah! el expresidente del Gobierno aún no ha dado un respaldo inequívoco a las aspiraciones de la jefa del Ejecutivo andaluz. Incluso se puede aventurar que González ha jugado a la contra. Aconsejó a Díaz que no adelantara las elecciones y ésta le hizo caso omiso en enero de 2015, faltando aún un año para completar la legislatura. Y cuando la presidenta necesitó de los votos de Ciudadanos para su investidura, en contra del criterio de Felipe González aceptó (como exigía C’s) que Manuel Chaves y José Antonio Griñán entregaran sus actas, el primero en el Congreso de los Diputados y el segundo en el Senado.
El día 17 del pasado mes de noviembre, Felipe González, en un acto público en el que estaban presente Díaz, Chaves y Griñán, declinó dar un espaldarazo definitivo a la carrera de la lideresa andaluza, con el argumento de que «la fastidiaría», porque todos los candidatos que han contado con su simpatía han perdido.
En todo caso y a la vista de los últimos pasos que Susana Díaz está dando para consolidar sus aspiraciones, no da la impresión de que las palabras de Felipe González hayan influido en su ánimo. A estas alturas no parece probable que Díaz vaya a dar marcha atrás con la intención de abrir otro periodo de reflexión, para decepción de muchos y desesperación de la perdiz.
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