Julio Anguita pide la confluencia de las fuerzas de izquierda

En su reaparición dibuja una España al borde de la "descomposición" en mano de "poderes fácticos"

El candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón (i), el excoordinador general del partido, Julio Anguita (c), y el candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Maíllo (d), durante el mitin.

Histórica clausura de campaña en Málaga que ha celebrado esta tarde Izquierda Unida en el Palacio de Ferias y Congresos de la capital malagueña. Después de ausentarse durante quince años, el histórico líder y baluarte de Izquierda Unida, Julio Anguita, se ha subido al escenario para dar un golpe de efecto e insuflar de confianza a una militancia que ve como todas las encuestas auguran a la histórica formación de izquierdas un sonado varapalo en las próximas elecciones del 22 de marzo. Ante la elevada expectación y un auditorio que se ha quedado pequeño, Anguita ha apelado a la necesidad de confluencia entre fuerzas de izquierdas para lograr la unidad popular necesaria para frenar las políticas neoliberales "Izquierda Unida tiene que tender la mano porque tender la mano no signfica perder, aunque a veces es difícil", ha dicho en alusión a la aparición de nuevas fuerzas en el espectro ideológico de la izquierda, como podría ser Podemos. También ha arremetido duramente contra el PP y PSOE. Partidos a los que ha culpado de ser la misma cosa y de gobernar en una alternancia acordada para satisfacer a los intereses de los poderes fácticos. "Nuestro enemigo es el poder, el que no se presenta a las elecciones, pero le da órdenes a los presidentes de Gobierno", ha sentenciado en referencia a la Unión Europea y a las grandes empresas que persiguen "intereses ajenos a los de la mayoría de los ciudadanos". En un discurso plagada de alusiones históricas a su etapa como coordinador general de Izquierda Unida, ha apuntado al tratado de Maastricht como origen de todos los males que están agravando la situación de muchas familias en España y ha apelado a la "dignidad de los pueblos" para salir de esta situación.

Enérgico y a la vez didáctico, el histórico líder de Izquierda Unida ha dibujado la situación actual del país como panorama oscuro y ha asegurado que España está "sin rumbo" y al borde de la descomposición". Como era de esperar, Anguita ha atacado duramente a los tradicionales partidos, asegurando que tanto PSOE y PP se mueven ajenos al interés del pueblo. "Somos un país sin dignidad dirigido por políticos sumisos", se ha mostrado rotundo. También ha señalado al bipartidismo como la principal causa de la corrupción. Anguita, que ha llegado de denominar "patriotas de desfile" a los políticos de los tradicionales partidos, ha sido determinante a la hora de pedir el voto para Izquierda Unida. "No se puede seguir votando a los que han demostrado ser auténticos ladrones", ha sentenciado.