Ovidio en IU
juan Manuel / marqués Perales | .
OVIDIO
había muerto ya en los años ochenta del siglo pasado, como Horacio y
Virgilio, y sólo alguien muy peculiar cambiaría los estudios de Derecho
por los de Filología Clásica. En los años ochenta del siglo pasado,
cuando el Muro de Berlín se caía a trozos, sólo alguien muy peculiar se
afiliaría al PCE. Antonio Maíllo, el nuevo coordinador andaluz de IU, es
un personaje peculiar: habla de Aristóteles sin la impostura de Julio
Anguita, mezcla la escolátisca con los ERE y le gustan más los ajados
mayetos de Sanlúcar que la zafia dialéctica del jornalerismo de Juan
Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, el dúo dinámico que enseña a
España lo que una parte de España sigue queriendo pensar de Andalucía.
Maíllo, de 46 años, no sufre la hybris del soberbio político, un mal
que, desde luego, no padece Diego Valderas que, siendo vicepresidente de
la Junta, no ha hecho el menor aspaviento en este relevo que no sólo es
político, sino generacional. Maíllo, como Alberto Garzón o José Antonio
Castro, vienen a dar lustre a una federación de izquierdas muy rancia,
anclada aún en una dialéctica autoritaria y tardía: ninguno de sus
alcaldes dejará de presidir procesiones ni figurar en las romerías, que
es lo que ha prohibido IU en su última asamblea.
Si las elecciones autonómicas se celebran en 2016, y es muy posible que así sea, Maíllo será el candidato de IU a la Presidencia de la Junta: Valderas le deberá ceder el paso, a pesar de que su índice de conocimiento ronda el 70%. Pero, antes, el nuevo líder de IU, que tiene todos los mimbres para hacer de él un candidato de una izquierda joven -es telegénico, culto, educado, maneja la dialéctica desde su origen, ha sido director de instituto y no alardea de su homosexualidad aunque no la niega-, debe ganarse el puesto. Por ejemplo: la alcaldesa de Manilva, Antonia Muñoz, ya le está durando demasiado. Una mujer que, sin pestañear, admite que ha contratado a su "hermana Adeli", a "mi nuera", a su primo y a la mujer de su primo, es una Baltar en potencia, una cacique en ciernes como el ex presidente de la Diputación de Orense. Maíllo no sólo debería decir que las expresiones de Sánchez Gordillo benefician a la derecha, sino articular un modo de desplazar del Parlamento andaluz a quien debería descansar en su casa. Mantenía Ovidio que el ocio, como las aguas estancadas, acaban pudriéndolo todo, quizás fuera un alegato del cambio, del relevo. IU, la rancia, ha sido la primera en seguir al poeta latino.
Si las elecciones autonómicas se celebran en 2016, y es muy posible que así sea, Maíllo será el candidato de IU a la Presidencia de la Junta: Valderas le deberá ceder el paso, a pesar de que su índice de conocimiento ronda el 70%. Pero, antes, el nuevo líder de IU, que tiene todos los mimbres para hacer de él un candidato de una izquierda joven -es telegénico, culto, educado, maneja la dialéctica desde su origen, ha sido director de instituto y no alardea de su homosexualidad aunque no la niega-, debe ganarse el puesto. Por ejemplo: la alcaldesa de Manilva, Antonia Muñoz, ya le está durando demasiado. Una mujer que, sin pestañear, admite que ha contratado a su "hermana Adeli", a "mi nuera", a su primo y a la mujer de su primo, es una Baltar en potencia, una cacique en ciernes como el ex presidente de la Diputación de Orense. Maíllo no sólo debería decir que las expresiones de Sánchez Gordillo benefician a la derecha, sino articular un modo de desplazar del Parlamento andaluz a quien debería descansar en su casa. Mantenía Ovidio que el ocio, como las aguas estancadas, acaban pudriéndolo todo, quizás fuera un alegato del cambio, del relevo. IU, la rancia, ha sido la primera en seguir al poeta latino.
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