Milagro argentino: un peronista en el trono de San Pedro
Por Ricardo Roa
-Paco,ahí esta Berlusconi espiando...
-Se le acabo la joda con las nenas,ahora son todas nuestras...
En un país en el que en broma o en serio casi todos piensan que
todo puede pasar, estalló la sorpresa. Un shock de emoción y entusiasmo
en la gente, que mezcló al hasta ayer cardenal Bergoglio con Messi y
Máxima y otro que encadenó fastidio y desconcierto en el Gobierno.
El primer Papa no europeo siempre será un argentino.
Es un especie de milagro. Aunque no tanto: el apellido Bergoglio es tan italiano como Pavarotti. Para los católicos italianos, que deseaban fervientemente volver a tener un Papa propio, como fue una tradición de siglos, de algún modo lo tienen. Es un Papa con sangre italiana.
Pero a la vez Bergoglio es un argentino de pura cepa. Nació en Flores, hijo de un inmigrante y ferroviario, se recibió en una escuela técnica estatal y es hincha de San Lorenzo y peronista.
Un peronista en el Trono de Pedro: ¿cómo no va a haber shock y sorpresa?
Devoto de Borges y Marechal, Bergoglio es también un intelectual. Y famoso por su humildad: rechazó la residencia arzobispal y el chofer, y viaja en subte y colectivo como cualquier hijo de vecino.
Pero la Iglesia no elige argentinos, italianos o alemanes, lo que no implica que lo ignore. No elige a un italiano para satisfacer a los italianos, pero no lo deja de tener en cuenta. No elige a un americano porque en este continente esté la mayoría de los católicos del mundo. Pero con seguridad lo ha pensado.
Bergoglio se convierte en Papa por lo que es y representa: un hombre de la Iglesia inteligente y austero y que ha hecho votos de pobreza. Es el primer Papa jesuita que al adoptar el nombre de Francisco se asocia con la pobreza franciscana. Un mensaje y una esperanza luego de las internas y los escándalos que sacudieron la gestión de Ratzinger.
Llega a una Iglesia convulsionada pero ante la multitud de fieles que celebraba en el Vaticano pronuncia un discurso sencillo, con una sonrisa serena: toda una señal. Habrá que ver qué historia inscribe el nuevo Papa en la historia de la Iglesia. Y qué historia se escribe en la Argentina.
Bergoglio fue elegido por los Kirchner como uno de sus enemigos. No iban a la Catedral y tampoco lo recibían. Y hasta alentaron denuncias judiciales por una presunta complicidad con la dictadura en el secuestro de dos seminaristas. En esta edición, Julio Bárbaro cuenta que el cardenal le pidió que mediara ante Kirchner y que la gestión fracasó: el ex presidente se negó a reunirse.
El problema es que el ninguneado hoy es Papa.
Las cosas llegaron a un extremo tal que un ex gobernador peronista relata que Bergoglio subía el volumen de la radio cuando conversaban porque temía que lo estuvieran espiando y grabando. Ni el Gobierno ni Cristina pudieron disimular ayer el impacto que les causó la noticia.
Los diputados kirchneristas se negaron a interrumpir una sesión para festejar el histórico nombramiento. La Presidenta le envío un obligado saludo a Francisco burocrático y más frío que un témpano. Y por la noche, en Tecnópolis, pareció querer darle instrucciones sobre cómo ejercer su pontificado. La bronca disimulada explotó en las redes sociales.
Y si faltaba una sorpresa, el Santoral celebró ayer, 13 de marzo, a Santa Cristina.
El primer Papa no europeo siempre será un argentino.
Es un especie de milagro. Aunque no tanto: el apellido Bergoglio es tan italiano como Pavarotti. Para los católicos italianos, que deseaban fervientemente volver a tener un Papa propio, como fue una tradición de siglos, de algún modo lo tienen. Es un Papa con sangre italiana.
Pero a la vez Bergoglio es un argentino de pura cepa. Nació en Flores, hijo de un inmigrante y ferroviario, se recibió en una escuela técnica estatal y es hincha de San Lorenzo y peronista.
Un peronista en el Trono de Pedro: ¿cómo no va a haber shock y sorpresa?
Devoto de Borges y Marechal, Bergoglio es también un intelectual. Y famoso por su humildad: rechazó la residencia arzobispal y el chofer, y viaja en subte y colectivo como cualquier hijo de vecino.
Pero la Iglesia no elige argentinos, italianos o alemanes, lo que no implica que lo ignore. No elige a un italiano para satisfacer a los italianos, pero no lo deja de tener en cuenta. No elige a un americano porque en este continente esté la mayoría de los católicos del mundo. Pero con seguridad lo ha pensado.
Bergoglio se convierte en Papa por lo que es y representa: un hombre de la Iglesia inteligente y austero y que ha hecho votos de pobreza. Es el primer Papa jesuita que al adoptar el nombre de Francisco se asocia con la pobreza franciscana. Un mensaje y una esperanza luego de las internas y los escándalos que sacudieron la gestión de Ratzinger.
Llega a una Iglesia convulsionada pero ante la multitud de fieles que celebraba en el Vaticano pronuncia un discurso sencillo, con una sonrisa serena: toda una señal. Habrá que ver qué historia inscribe el nuevo Papa en la historia de la Iglesia. Y qué historia se escribe en la Argentina.
Bergoglio fue elegido por los Kirchner como uno de sus enemigos. No iban a la Catedral y tampoco lo recibían. Y hasta alentaron denuncias judiciales por una presunta complicidad con la dictadura en el secuestro de dos seminaristas. En esta edición, Julio Bárbaro cuenta que el cardenal le pidió que mediara ante Kirchner y que la gestión fracasó: el ex presidente se negó a reunirse.
El problema es que el ninguneado hoy es Papa.
Las cosas llegaron a un extremo tal que un ex gobernador peronista relata que Bergoglio subía el volumen de la radio cuando conversaban porque temía que lo estuvieran espiando y grabando. Ni el Gobierno ni Cristina pudieron disimular ayer el impacto que les causó la noticia.
Los diputados kirchneristas se negaron a interrumpir una sesión para festejar el histórico nombramiento. La Presidenta le envío un obligado saludo a Francisco burocrático y más frío que un témpano. Y por la noche, en Tecnópolis, pareció querer darle instrucciones sobre cómo ejercer su pontificado. La bronca disimulada explotó en las redes sociales.
Y si faltaba una sorpresa, el Santoral celebró ayer, 13 de marzo, a Santa Cristina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario