Nadie quiere contar que el verdadero portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados es Eduardo Madina y no Antonio Hernando, pese a que este fue ratificado por la Comisión Gestora tras convertirse en el primer traidor de Pedro Sánchez.
Ya lo decía Vito Corleone en El Padrino: “El primero de los tuyos que te ofrezca un pacto, ese es el traidor”.
Cualquiera que esté dispuesto a contarlo, en los pasillos del Congreso puede ver a Hernando siguiendo a Madina, que manda sin necesidad de galones, sin mediar mandato alguno de la nueva dirección socialista. Como si lo hubiera puesto ahí su mentor, Alfredo Pérez Rubalcaba, y nadie osara pedirle explicaciones. Estaba cantado que tendría mando en plaza tras sudar la camiseta más que nadie con un reguero de descalificaciones, siempre contra Pedro Sánchez, siempre de acuerdo con Susana Díaz.
Pero todo hace indicar que esta situación será provisional y que una vez que Antonio Hernando se coma el marrón de defender la abstención que investirá a Mariano Rajoy, Madina, en su nuevo papel de pelele, con esa simpatía que le acompaña, tomará las riendas del grupo socialista, que está obligado a sostener al Gobierno de Rajoy no menos de dos años para intentar paliar el daño causado al PSOE con el golpe cuartelero a Pedro Sánchez.
En cuanto a Antonio Hernando, parece que le han prometido una salida digna, un puente de plata, un destino allende de nuestras fronteras, un que-no-falte-de-nádigno de reyes. Una salida real, avalada por casa dios.
Así da gusto venderse, dice un amigo mío que está sopesando muy seriamente plantarse en Ferraz con un cartel que ponga: “Me vendo”.
Mientras que la Comisión Gestora sigue trabajándose a los diputados para que traguen sin vaselina con la abstención en el caso de que todos tenga que ir a una, como quiere Susana Díaz, otra que manda sin cargo –y más que nadie-, para ver si se lleva por delante a Pedro Sánchez, las asambleas siguen sucediéndose con un abrumador respaldo al no a Rajoy y un sí a un congreso extraordinario y a unas primarias cuanto antes.
En Cádiz capital, cuna de la libertad, 88 militantes se posicionaron en contra de investir a Rajoy y por una pronta convocatoria congresual. Tan solo tres afiliados apoyaron la abstención; otros tres se abstuvieron.
Pese a que la militancia sigue mostrando en estas asambleas un claro rechazo a la línea política de la Comisión Gestora, a los nuevos dueños del PSOE no parece preocuparles esta deriva ni la revolución de las rosas que este sábado llegará a Ferraz ni la recogida de firmas del alcalde de Jun. Ni aunque griten entre sus consignas: “Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar”. Cartón del dos que no vale para nada, dicen sin el más mínimo pudor estos artistas del alambre.
Si acaso les preocupa que la militancia pueda protestar en la puerta de la sede central el domingo en el transcurso del Comité Federal. Por eso, han reclamado protección policial al Gobierno.
No puede ser bueno que los representantes se tengan que proteger de sus representados, ¿no? Algo no cuadra en este PSOE en el que sus dirigentes se tienen que guarecer de los militantes bajo las porras los mismísimos antidisturbios, herederos de aquellos grises tan simpáticos que pusieron color y dolor a la dictadura militar del general Franco.
Por cierto, mandatados seguramente por la adláteres de Comisión Gestora, anda los chivatillos intentando enterarse qué va a hacer finalmente Pedro Sánchez. Que si dimite como diputado antes de la investidura, que si vota no, que si se abstiene… Que recurran al CNI, que parece estar muy preocupado de las cuestiones internas del socialismo democrático español. O al Ibex 35, que está a punto de abrir una sucursal en la calle Ferraz.
PD: (1) En la intracrónica del PSOE, lo más destacado fue el discurso de Estado de Andalucía de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Aparte de hablar más de España que de la comunidad andaluza, las inversiones y regalías que anunció dejaron petrificado a más de uno. Parece ser que las previsiones están hechas tras haber pactado en las altas esferas un Euromillones con un bote del copón divino.
(2) En este discurso, la lideresa de Unidos Podemos, Teresa Rodríguez, rebautizó a la Comisión Gestora del PSOE, que para ella no es sino una “Junta Militar” en toda regla. ¿Dónde habrán destinado el sargento chusquero que dirigió las primeras operaciones de la toma de Ferraz?
(3) Tal como se la gastan algunos, todo el día amenazando con expulsar a los disidentes, Ferraz parece el plató de ‘La Vaquilla II’ con Mario Jiménez haciendo de teniente-peluquero y repitiendo maquinilla en mano una y otra vez: “Te voy a meter una expulsión que te vas a…”.
(4) Los andaluces, con las intervenciones estelares de Verónica (Media Verónica para los Morancos) Pérez, Pradas, Mario Jiménez y Juan Cornejo en el vodevil sociata, estamos quedando regular, ¿no? Pero tanto exceso de intelectualidad por metro cuadrado lo arregla la Junta con una campaña mediática resaltando las propiedades vitamínicas y cuarteleras del gazpacho de la Sierra de los Pedroches y los peligros del no a Rajoy y el sí a Pedro Sánchez.
(5) Gregorio Morán, temprano biógrafo de Adolfo Suárez, ha escrito un artículo sobre el presidente de la Comisión Gestora del PSOE, Javier Fernández, en Bez. Lo que debes saber que no lo deja muy bien. Entre otras, le llama “trepa superlativo”, “cómplice necesario de todas las estafas que se hicieron en Asturias” y “jamándulo”, que vino a ser en su Mieres natal “un tipo que se dedica a gozar de las alegrías de una alimentación abundante, una vida tranquila y unas mozas en cacería”. Un traje en toda regla.
(6) Felipe González y Juan Luis Cebrián no pudieron hablar en la Universidad Autónoma. Un grupo de jóvenes le reventó el invento. Nadie puede dejar de condenar estos actos por muy siniestro que haya sido el papel que ambos dos han jugado en el descabezamiento de Pedro Sánchez. Por cierto, una pena que el ex presidente haya perdido el aprecio de un gran parte de la militancia tras las impresentables declaraciones en la Cadena SER que abrieron la veda contra el secretario general de su partido.
Un timo en funciones
El pasado martes, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, visitó la comarca del Campo de Gibraltar para vender su oferta de cosoberanía sobre Gibraltar tras el ‘Brexit’.
Se reunió con los alcaldes campogibraltareños, que, como es lógico, le reclamaron las inversiones que el Gobierno no ha realizado durante esta larga legislatura en una auténtica carta a los Reyes Magos. Inversiones que merece una comarca que tiene una de las tasas de paro más altas de toda España y que ha soportado cuatro años de conflicto político en una frontera tras la que está su primera fuente de empleo, Gibraltar (el Peñón también es la ‘segunda fábrica’ de Andalucía tras la propia Junta).
Ahí es donde Margallo y sus acólitos han golpeado durante estos años, contra los más de 7.000 trabajadores españoles que trabajan en Gibraltar.
En una acción implacable, con la excusa de combatir los tráficos ilícitos, el ministro de Asuntos Exteriores ha intentado sin éxito dañar la economía gibraltareña. Para ello, ha utilizado todas las herramientas a su alcance, con una campaña en los medios de comunicación a propósito de los famosos ‘bloques con pinchos’ –menuda trola que vendieron- que recordó mucho las que puso en marcha el franquismo en 1969 cuando Fernando María de Castiella cerró la Verja.
Y no ha dudado en despreciar a los gibraltareños cada vez que le ha venido en gana, a contramano de lo que hace una persona medianamente educada; no digo ya un diplomático que se precie.
Todos los veranos durante los cuatro años de la legislatura, Margallo ha convertido Gibraltar en su cortina de humo favorita; siempre útil para tapar los numerosos casos de corrupción del PP.
Ahora, en una serie de actos organizados por el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, Margallo ha llegado al Campo de Gibraltar con piel de cordero a vender una propuesta de cosoberanía que rechazan Gibraltar y Londres y que no ha sido consensuada con las fuerzas políticas españolas en el Congreso de los Diputados.
Un brindis al Sol en toda regla. Todo para que Landaluce, su artillero más aplicado, le coloque la medalla de Algeciras en el pecho de pavo real y ambos dos se pudieran pavonear.
Y para responder con otro foro un año después a Miguel Ángel Moratinos, que protagonizó junto al ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo; la presidenta de la Diputación, Irene García, y el alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, uno de los actos más aplaudidos de la historia a ambos lados de la frontera.
Un timo en funciones que tuvo su continuación con unas manifestaciones en el Club Siglo XXI de Madrid: el artista reveló que ha venido manteniendo reuniones secretas con destacados representantes de la sociedad gibraltareña. Más que verdades como puños, lo suyo sonó a derrotes más propios de mansos tras el fiasco campogibraltareño.
Ni los monos de Berbería que pueblan el Peñón, a los que Margallo ha recurrido con inquina y reiteración para insultar a los gibraltareños, se aventurarían a semejante mamarracho. Ni los mismísimos palomos (nuevos) se atreverían a compartir confidencias con un bocazas de tal calibre. Apañado va quien haya osado sentarse con él o sus acólitos. Lo suyo se convertirá en un secreto pero a voces.
Y ha seguido con la broma reclamando junto al ministro-espía Jorge Fernández Díaz la unidad de la España de los españoles para recuperar la soberanía sobre Gibraltar. Y lo han hecho en un acto de la Guardia Civil.
Pese a que peor es imposible y hasta en Moncloa lo dan por un caso perdido, Margallo delira con poner la bandera de España en el Peñón antes de que le den pasaporte.
Pero no recuerda que ya Miguel Ángel Moratinos, a quien ha denostado tanto como a los llanitos, logró que la enseña nacional ondeara en el Peñón hasta que él mismo, en su enésima bravuconada, cerró el Instituto Cervantes de Gibraltar a cal y canto.
Entonces, para justificar tamaña burrada, el ministro en funciones bromeó de nuevo al decir que en Gibraltar todo el mundo habla español menos los monos.
Pero ni los monos, tan dóciles, tan entregados a unas papas fritas, entendieron el cierre del Instituto Cervantes del Peñón, una decisión más propia de un militar africanista, de esos que tan poco convencían a Unamuno, que de un ministro de Asuntos Exteriores de un país democrático.
PD: (1) En Tahivilla, límite con la comarca de la Janda, y en Punta Chullera, límite con la provincia de Málaga, pondrían muchos campogibraltareños la Verja. Sobre todo, todos aquellos que vienen soportando un paro superior al 40 por ciento y tienen que aguantar las soflamas patrióticas de Margallo y sus mariachis para que Gibraltar se convierta de nuevo en cortina de humo del PP; en esta ocasión, para tapar la Gürtel y otras mangancias vitaminadas populares.
(2) El alcalde de La Línea, Juan Franco, está que trina con el ninguneo que los populares -socios suyos en el gobierno municipal- han dado a La Línea en la visita del ministro de Asuntos Exteriores en funciones. El desprecio a la ciudad española más cercana a Gibraltar ha sido de época. Ni se mencionó.
(3) Como Margallo no siga como ministro de Asuntos Exteriores, la visita al Campo de Gibraltar va a pasar de ser un timo en funciones a una estafa en funciones
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