Manuel Pastrana
justificaba ayer públicamente que UGT-Andalucía costeara la compra de
electrodomésticos, las reformas y los suministros de la casa que ocupa
en Sevilla porque la organización sindical ejerce de «casero» como
propietaria del adosado que disfruta en una urbanización de Sevilla
Este. Lo cierto es que este 'casero' no sólo afronta gastos corrientes
que la inmensa mayoría de inquilinos tienen que pagar, como la luz y el
agua, sino que también adquirió la citada vivienda,
un adosado de dos plantas y sótano con bodega, para que el propio
Pastrana pudiera ocuparla. Fue el mismo líder sindical, que ayer anunció
que no se presentaba a la reelección como máximo responsable del
sindicato andaluz -dos días después de saltar el escándalo del uso que hizo de su Visa Oro en Sudáfrica-
quien autorizó que su organización desembolsara 38 millones de las
antiguas pesetas (228.384 euros) para adquirir una vivienda unifamiliar
en el año 2000; dos después de que accediera a la secretaría general
andaluza.
Así consta en la escritura de compra-venta
del citado inmueble a la que ha tenido acceso LA VOZ. La operación
inmobiliaria se cerró el 13 de julio del citado año. UGT-Andalucía, en
calidad de comprador, adquirió a un matrimonio la casa adosada. La
central sindical no fue ajena a la burbuja inmobiliaria y compró a un
precio superior que los anteriores propietarios. Así lo recoge el
documento notarial, en el que se detalla que los vendedores suscribieron
un préstamo hipotecario por importe de 20.200.000 pesetas ( 121.404
euros) para la compra de la casa, que en el momento de la transmisión
patrimonial tenía pendiente una liquidación casi similar, restándole
unos 200 euros del crédito concedido.
En el acto notarial comparecieron como representantes de
UGT-Andalucía la entonces secretaria de Organización, Araceli Cabañas, y
Federico Fresneda, que por esas fechas era tesorero de la Comisión
Ejecutiva, hoy vicesecretario general de Administración y Recursos
Humanos de la dirección sindical andaluza.
Esta operación fue autorizada por la Ejecutiva en una
reunión celebrada siete días antes de acudir a la notaría, según queda
recogido en un certificado que se entregó en el momento de la compra. En
este segundo documento, Manuel Pastrana, como secretario general,
otorga poderes para que su entonces mano derecha y el tesorero actuaran
en representación del sindicato en el acto de compra de una vivienda
unifamiliar que fue aprobada por la dirección del sindicato. A estas
reuniones no asisten los afiliados, ni los sindicalistas de base que
delegan cada congreso la toma de decisiones en sus dirigentes.
Bar y botellero
La vivienda, propiedad del sindicato como reconoció ayer
Pastrana, constaba en el momento de la adquisición, como se observa en
los planos del año 2000, de cuatro dormitorios, dos baños, un aseo,
salón, cocina, despacho, dos patios y un sótano con bodega y zona
definida como bar.
Desde que ha sido ocupada por Pastrana, quien no paga nada
por su uso -según sus propias palabras- sino que los costes se cargan a
la tesorería de la organización sindical, ha sido sometida a distintas
reformas. Entre la documentación a la que ha tenido acceso este
periódico consta un proyecto para incorporar un lucernario que tapa
parte del patio.
En 2000, España no vislumbraba ni por asomo la crisis
económica que estallaría siete años después, y la organización sindical
optó por aumentar su parque inmobiliario con una vivienda más, pese a
que en la capital sevillana ya contaba con varios pisos. Según una
auditoría realizada por una empresa externa, a petición de la propia
comisión ejecutiva, a finales de 2011 UGT disponía de un patrimonio
entre locales, pisos y naves valorado en 19,5 millones de euros, sólo en
la comunidad andaluza.
Y chófer
Estas ventajas que disfruta el líder sindical, entre las
que se incluye disponer de un chófer, no son compartidas por los
trabajadores del sindicato que dirige, tanto los que se han quedado
fuera del ERE, los que han visto reducidas sus jornadas por el ERTE o
los que fueron echados a la calle. Esta situación desahogada es la que
contradice, a juicio del informe pericial que han aportado los
trabajadores al procedimiento que se sigue en el TSJA, con una
organización, no empresa, sindical que aplicó el pasado 30 de noviembre
la reforma laboral para despedir a 159 trabajadores.
Al no presentarse a la reelección en el próximo congreso de
UGT-Andalucía dejará de ser secretario general, se desconoce si
abandonará una vivienda que se ha ido reformando a su medida.